sábado, 25 de febrero de 2012

La Revista Todas. Reportaje a Marta Ferro y a Elsa campos




                       LA REVISTA "TODAS"


Reportajes a Marta Ferro (escritora, periodista y tiritera)

y a Elsa Campos (correctora, delegada de Crónica durante 17 años)
- ¿Cuándo salió la revista Todas?



Marta:
En l979, todavía la dictadura golpeaba con fuerza, pero teníamos que abandonar la clandestinidad. Por entonces un grupo de compañeras que habían leído un libro de Evelyn Reed, militante del Socialist Worker Party, de Estados Unidos se entusiasmaron con formar a otras compañeras para sacar una revista. Discutimos mucho. Nora Ciapponi, de la dirección nacional estaba muy interesada, también Alba que era feminista desde que le pusieron moñitos rosas en la cabeza. El tema de la mujer no era nuevo para las socialistas. No hay que olvidar que Rosa Luxemburgo también estaba interesada en la problemática de la mujer trabajadora, pero cuando los socialdemócratas le piden que se haga cargo del trabajo de la mujer ella no acepta, porque no quiere quedarse con una sola tarea dentro del partido.
- ¿Por qué se llamo Todas?
Marta:
Fue azaroso el nombre. Ya teníamos todo el material, la tapa, pero no teníamos el nombre. Una adolescente dijo: Todas nos gustó y quedó. Pero tuvimos lío con el nombre. Porque parecía que entonces al grupo podían ingresar las burguesas, las intelectuales de derecha. Nosotras no queríamos que pareciera lo que nunca fue. ¿Se entiende?
Te aseguro, que cuando se acercaba alguien con tufillo a derecha u otros olores oportunistas salía espantada. Nosotras queríamos que el feminismo sacudiera a las compañeras del partido, porque éramos concientes que si ellas se tomaban el feminismo como una de las tareas fundamentales del socialismo todo iba a darnos buenos resultados. Hay que tenerlo claro que para ser feminista hay que ser consecuentemente socialista. Lo demás es literatura de bajo rango.
-¿Qué pasó en el PTS?

Marta:Tuvo gran repercusión. Tanto grande fue que muchas compañeras pidieron ir a la escuela de cuadros porque el Comite central aprobó el medio punto.

-   ¿Qué era eso?
Marta:
Las compañeras quedaban siempre atrás de los compañeros porque ellas cuidaban los pibes, cocinaban, etc. La doble tarea está en todas partes. Nora propone lo del medio punto y se aprueba. Es decir, en la evaluación de las tareas militantes, las de compañeras eran valoradas en más. Desde ese momento las compañeras empezaron a ir a la escuela de cuadros que se hacía en la clandestinidad. El partido en su conjunto entendió lo de la doble tarea, y la imposibilidad de las compañeras por cumplir con ciertas metas porque tenían que cuidar a los chicos, trabajar, limpiar, militar. Se formaron guarderías para que las compañeras que asistían a la escuela de cuadros una semana dejaran a los chicos al cuidado de compañeras y compañeros.

- ¿Había machismo dentro del partido?
Marta:
El partido no era una isla. Nunca lo fue. Pero creo que desde que apareció Todas (el trabajo político sobre la mujer) el machismo diminuyó un poco. Dió vergüenza ajena ser considerado machista. Junto con la revista aparecen películas como Norma Rae. El PST era un partido con el 60 % de mujeres. Con las revistas fuimos a las fábricas. Como era un trabajo clandestino (incluso dentro del partido) muchas compañeras decían: "vieron estas tipas qué revista sacaron y nosotras todavía no sacamos nada. ¿Qué mierda hace la dirección del partido que no nos da una herramienta como ésta?"
-
   ¿Cuándo entraste al partido?
Elsa: Yo entre en 1979. Yo entré por Todas.

- ¿Qué te gustó?

 
Elsa: Fue una felicidad. Era una publicación feminista, del movimiento feminista, con mujeres reales, que decían cosas importantes. La forma en que las compañeras te la traían y hablaban del trabajo de las enfermeras, de los orgasmos, del aborto, de disponer del propio cuerpo como se les antojara.

Marta:
La revista fue una táctica para salir de la clandestinidad y ganar compañeras para el partido, para la revolución.
Elsa:
Yo entré al partido trabajando en CRÓNICA. Conocía al partido, pero con Todas me hice militante. Yo conocí al partido porque la Triple A había matado a un grupo de compañeros en Pacheco. Eso me impactó mucho, pero Todas me consolidó. El trabajo de la mujer estuvo dirigido por Alba que era feminista como dijo Martha y por Nora. Nora con el tiempo se fue haciendo feminista. Era extraordinario. Todas las que hicieron la revista aprendieron periodismo en un cuartucho de la avenida de Mayo al 1300. Las reuniones eran numerosas y muy ricas. Las que se nos acercaron encontraron su camino dentro y fuera del partido. La hicimos famosa a Celeste Carballo (no le faltaba talento). Le faltaba el empujón y se lo dimos. En 1979 trabajaba en Crónica y como correctora formaba parte de lo que la patronal denominaba "los rojos". Mi jefe quería que fuera encargada. Me negué. El tipo no entendía nada. En setiembre estalla un conflicto y ya había unas cuántas troskas feministas. No teníamos una organización gremial que nos respaldará. Me acuerdo que militábamos con los gráficos. Ellos siempre nos habían considerado como las "rojas" que se podían levantar con toda tranquilidad. En ese conflicto nos tuvieron un respeto impresionante porque luchábamos más que el mejor de ellos. Comenzamos a pasarle el periódico, después también les vendíamos la revista. Después del conflicto comenzaron a cotizar para el PST. Hasta el director del diario cotizaba, para que no lo persiguiéramos. Yo iba a la noche a vender periódicos. Era delegada. Mi jefe me decía: ¡Ándate!". Creo que el PST estaba compuesto mayoritariamente por mujeres.
- ¿Por qué pasó eso?
Elsa:
No sé. Muchas compañeras militaban en fábricas y en la universidad. Creo que línea política del partido las entusiasmó y por eso pasaron de ser contactos a convertirse en militantes Con nuestros contactos discutíamos política, hablábamos de todo Estudiábamos y militábamos mucho. Además discutíamos a qué laberinto nos habían llevado las posiciones de las direcciones guerrilleras.
Marta : Susana trabajaba en la Universidad de Belgrano y traducía muchos materiales feministas que eran discutidos en algunos sectores del partido. Nosotrasluchamos mucho dentro del partido para que todo el partido tomara el trabajo de la mujer. Queríamos que todas las compañeras lo tomaran. Algunas lo hicieron, otras no, pero fueron minoría.

- ¿No creían en una organización autónoma?
Elsa: No. El feminismo es una tarea del partido, una tarea fundamental. Nosotras 
éramos mujeres que militábamos para el partido, para la revolución, para los derechos humanos, para todo lo que demandaran lo momentos trágicos que nos toco vivir. El feminismo pegó en el partido. Aún hoy ( muchos recuerdan) aquel trabajo de las compañeras, incluso las de aquellas que lo hacían formalmente y luego entendieron la importancia política de la opresión y explotación de las mujeres en el capitalismo
Nada fue fácil. El partido recién nos dio una diagramadora en el tercer número. No quería darnos nada gratis. Si el trabajo valía teníamos que demostrarlo y conseguirnos todo. Esa revista de género la hicieron las socialistas revolucionarias. Con las feministas tuvimos reuniones, queríamos que comprendieran el socialismo revolucionario, que leyeran un poco a Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin, y tantas otras feministas revolucionarias.
Marta:
Sara Torres les dio clases de sexualidad a las compañeras del PST. Las compañeras estaban muy contentas y empezaron a exigir placer donde no lo tenían. Una de las compañeras que hizo sus primeras armas en la revista hoy dirige el noticiero de Televisa en México.
- ¿Qué actividades realizó el PST con las feministas?
Marta:
En 1975 se realiza en Buenos Aires el Congreso Internacional de la Mujer, en el Teatro General San Martín. Se les prohibe la entrada a las feministas. Nosotras ingresamos al Congreso y denunciamos la discriminación. Recuerdo que algunas feministas entraron encanutadas; se pusieron pelucas. Sara Torres, quien después nos enseñara mucho sobre el orgasmo, el orgasmo obligatorio y el famoso punto G, estaba entre las que entraron disfrazadas.Con el Frente de Liberación Homosexual y las feministas hicimos una campaña por la legalización del aborto y la distribución gratuita de anticonceptivos. En esa campaña cayeron presos una compañera del PST y un militante del FLH.
sobre la mujer. Lo escribía una compañera socialista y feminista que ganamos con TODAS.
"Los teóricos del socialismo: Marx, Engels y Bebel, prestaron atención repetidas veces a la situación de las mujeres en una época durante la cual la naciente burguesía industrial utilizaba su fuerza de trabajo hasta su aniquilamiento físico.
No obstante, al hacer un exhaustivo análisis de la sociedad capitalista …ignoraron a la mitad de la humanidad, las mujeres, pues ellas no producían para el cambio ni estaban en la vida pública, pero sin embargo desde sus hogares realizaban las tareas que hacían al sostén estructural de la sociedad: la reproducción de la fuerza de trabajo.
En su análisis del régimen de producción de mercancías, Marx escribía: "El intercambio de mercancías comienza allí donde termina la comunidad, allí donde ésta entra en contacto con otras comunidades. A partir de un determinado momento, se consolida la separación entre la utilidad de los objetos para las necesidades directas de quienes lo producen y su utilidad para ser cambiados por otros. Su valor de uso se divorcia de su valor de cambio".
Lo que Marx no dice –y sus continuadores tampoco- es que en ese momento histórico en el cual las comunidades comienzan a producir para el cambio se verifica, al mismo tiempo, la jerarquización del trabajo destinado a producir mercancías para el cambio. Mientras todo el trabajo rutinario destinado a la subsistencia (preparación de alimentos, cuidad y educación de los niños, etc.) fue relegado a un rol secundario…"
(Mirta Henault: " La mujer y los cambios sociales", en "Las Mujeres dicen basta", 1970)

"...La transformación de los costos de escolarización y entrenamiento de la nueva generación de trabajadores es fundamental para los cambios que han tenido y están teniendo lugar en la estructura familia. Una de las leyes fundamentales del capitalismo es la necesidad de expansión constante. La automatización es necesaria para la supervivencia del sistema. No sólo se requieren trabajadores que sean altamente calificados, sino que hayan sido entrenados para aprender nuevas destrezas. Las ganancias dependen, cada vez más, de la eficiente organización del trabajo y de la "autodisciplina" de los trabajadores, más que de simples incrementos de velocidad en el trabajo o de otras formas directas de aumento de la explotación de los trabajadores. Por lo tanto, la familia es importante tanto para que se sostenga la carga de los costos de la educación, como para llevar a cabo la socialización represiva de los niños. La familia debe educar niños que internalicen jerárquicamente las relaciones sociales, que sean capaces de disciplinarse ellos mismos y de trabajar eficientemente sin que sean supervisados constantemente.
La familia también sirve para reprimir la sexualidad natural de sus miembros, proceso esencial si la gente debe efectuar trabajos que los convierten en máquinas ocho o más horas al día. Las mujeres son las responsables de impartir la mayor parte de esta socialización"
(Peggy Morton: "El trabajo de la mujer nunca se termina", en "Las Mujeres dicen basta")
"La familia, en su forma conocida por nosotros, surge de la disolución de la comunidad primitiva. No es casual que la palabra "familia" se refiera originalmente al derecho de propiedad privada que tenía el pater-familias tanto sobre las personas como sobre los bienes que componían su casa. La "casa" surge como primera forma de empresa privada, propiedad del jefe de la familia, para la producción, el intercambio y la competencia con las demás casas, y para la acumulación del plus-producto-
El sentido original de la palabra "economía" es: "el arte de dirigir los asuntos de la casa", La propiedad que ejercía el jefe de la familia implicaba la herencia por línea paterna, la propiedad total de la mujer, así como el dominio y la confiscación de la fuerza de trabajo femenina ..."
(Isabel Larguía: "La mujer", en "las Mujeres dicen basta")                        
Muchacha es un órgano de todas las jóvenes que tengan algo que decir sobre la liberación de la mujer, sea cual fuere su posición ideológica, política o religiosa. Lo que nos une es el deseo de luchar contra la opresión de la mujer"
(Revista "Muchacha" Nº 2, contratapa)
"Si bien todas las mujeres que trabajan son doblemente explotadas, el caso de una mujer obrera es uno de los más dramáticos, pues es la que más sacrificios debe afrontar...
....transcribiremos una entrevista a una trabajadora del Frigorífico La Negra.
P: ¿La obrera está más oprimida que el obrero en el trabajo?
R: Sí, sin ninguna duda. El trabajo que hacemos es más esclavo, ganamos menos y estamos más controladas por los capataces. Por ejemplo, los obreros tienen más tiempo para conversar que nosotras. Los capataces prestan más atención a sus reclamos, porque les tiene más respeto o temor que a nosotras.
P: ¿La mujer tiene iguales posibilidades que el hombre para conseguir trabajo?
R: en general, tiene menos, yo antes de entrar en el frigorífico busqué en otros gremios y no me tomaban por ser casada y con hijos. La mayoría delas fábricas no quieren a las mujeres casadas y menos aún a las mayores de 25 años.
P: ¿Cuál crees que es la opresión más sentida por las mujeres obreras?
R: Son muchas. Las obreras con hijos nos hallamos acorraladas en cuanto a la crianza de nuestros hijos. Si bien hay una ley que establece que en las fábricas de más de 50 obreras debe haber una guardería, éstas brillan por su ausencia en un 75% de las fábricas. 
Entonces hay que levantarse a las 4 de la mañana, invierno o verano, llevar a la criatura a la casa de algún pariente, amigo o guardería paga, para después de 9 horas de agotadora jornada pasar a buscarlos.....

P: ¿Creés que tu hijo o los de tus amigas tienen dificultades al ser educados en guarderías?
R: No. Los chicos se encuentran bien. Se hacen independientes, aprenden a compartir todas las cosas con los demás chicos y la relación con los padres es mejor..
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P: Ante el hecho de que ningún directivo sindical sea mujer y que gremios con mayoría abrumadora de mujeres, como el docente y textil también tengan en la dirección a hombres, se ha dicho que la mujer es inepta para la vida sindical y que no le interesan los problemas laborales. Sabemos además que toda la educación en esta sociedad está dirigida para condicionar a las mujeres a roles pasivos, a no meterse en política ni en tareas sindicales "por ser cosa de hombres". ¿Qué nos podés decir sobre esto?
R: El problema es bien concreto. ¿Qué mujer puede afrontar a fondo la responsabilidad de la actividad gremial, cuando además de trabajar debe limpiar la casa y criar a los hijos?. Yo conozco compañeras que han sido grandes activistas, pero se han visto obligadas a abandonar la lucha al casarse y tener hijos.P. ¿A la mujer se la trata como a un objeto sexual?

R: Sí, ninguna de nosotras puede salvarse de las miraditas y lances y favores especiales de jefes y capataces que prometen una cierta disminución en el ritmo agotador del trabajo a cambio de que la obrera le haga alguna "concesión" (tener relaciones sexuales con él).

P: ¿Creés que el aborto debiera ser legal y que pudiera hacerse gratuitamente en los hospitales?

R: La mayoría de las compañeras no tienen información sobre métodos anticonceptivos y deben recurrir a los abortos uno tras otros, muchas veces con peligro para su vida. Varias compañeras han muerto por los métodos brutales que usaron para abortar. Todas las mujeres debiéramos exigir que los abortos se puedan hacer en los hospitales. Hace rato que hubiera sido así si los que quedaran embarazados fueran los hombres.
P: Vos como mujer obrera, ¿opinás que es necesario un movimiento de liberación de la mujer en nuestro país?
R: Claro que sí. Mis compañeras y yo sentimos los problemas de la mujer, pero no veíamos salida. Me parece importante lo que ustedes hacen, yo lo comentaré con mis compañeras..."
(Fragmentos de "Diálogo con una obrera", Revista "Muchacha", Número 2, año 1)

Sin apagar los fuegos y con un firme deseo de vencer todas las montañas que se nos cruzan por el camino, llegamos al tercer número de Todas. Esta revista, sin distribuidora , repartida con nuestras manos por los kioscos de Buenos Aires, ha realizado el milagro de sobrevivir y continuar su marcha hacia delante. Y decimos milagro porque es casi imposible para la mayoría de las publicaciones culturales independientes en la Argentina luchar en contra de la inflación del papel, la inflación del aire y la recesión de la creación.
Nuestras vidas están en estas páginas y a cada renglón vamos mostrando qué pasa con nosotras desde el primer timbrazo del reloj hasta el último plato lavado en la cocina.
Estamos alegres, porque el llamado de nuestro concurso tuvo una acogida inesperada. Los trabajos recibidos están mostrando un fenómeno inédito en nuestro país.
Las mujeres con nuestra creación estamos demostrando que las verdades milenarias que nos ataban al fogón y nos colocaban en las sombras del anonimato, son verdades de humo. Publicaciones hermanas de México, España, Francia, Estados Unidos, nos han hecho llegar su apoyo y sus colaboraciones.
En nuestro país la revista está siendo difundida por la prensa radial y escrita.Los
dos encuentros artísticos estimulados y promovidos por la revista, encontraron a cientos de mujeres festejando la apertura de un territorio sin máscaras y lleno de vitalidad.
Leda Valladares donó su talento para el primer encuentro. Inda Ledesma, Cipe Lincovsky, Rubí Monserrat y las canciones de Rita Alian y Ana D’Anna abrieron la posibilidad de seguir celebrando esta visión de nuestras vidas.
Todas ha cumplido un año. Y ese inmenso trabajo de tenerla en la calle ha sido el producto de una tozudez vital, por seguir demostrando que las mujeres juntas y solidarias somos capaces de producir hechos de importancia en la cultura del país"
( Editorial de la Revista Todas Nº 3, Año 2, 1980)
"La violencia cotidiana a que estamos sometidas, la violencia de todos los días, la doméstica, la que soportamos ya casi con resignación, tiene mil y una caras que van desde la grosería hasta la violación, pasando por el tipo que nos persigue a lo largo del pasillo del colectivo para apretarse contra nosotras, por el marido que deja en la cara amoratada de su mujer la marca de su "hombría" al más puro estilo "latin lover" o por el aburrido que se dedica a gritarnos obscenidades a través del teléfono....
..Si hoy nos detenemos en el problema de la mujer maltratada por su marido es porque toca a una gran cantidad de mujeres de todos los niveles sociales y porque creemos necesario correr el telón que confunde amor con dominación, compañerismo con brutalidad, comprensión con sometimiento...
..Anne Tristan, feminista francesa, nos relata en su libro: "Historia del Movimiento Liberación de la Mujer" la reacción de un hombre, marido de una mujer golpeada, ante su insistente pregunta de por qué lo hacía. Él responde textualmente: "Ella no sirve para nada. Yo trabajo en una fábrica. Usted no sabe lo que es eso. La frustración, el agotamiento".
Cabe preguntarse si a la larga lista de tareas no reconocidas ni remuneradas, debemos agregar la de ser colchón o amortiguador entre el varón y sus problemas o putchinball para descargar la angustia que provoca la necesidad de "progresar" y la imposibilidad objetiva de lograrlo.

Por un lado podemos decir que esta situación no es responsabilidad de un hombre, de la "locura" más o menos controlada del marido de la verdulera o de la "borrachera" permanente de nuestro primo segundo. Se trata de la imitación, o mejor dicho de la reproducción de esquemas y patrones aprendidos desde al infancia..."
(Sarah Karmel, "Violencia doméstica", Revista Todas Nº 3, Año 2, 1980)


 
 
 
 
 
 

 









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