miércoles, 29 de febrero de 2012

A modo de prólogo

A modo de Prologo A 30 años del golpe genocida de 1976, quisimos encontrarnos con las voces de mujeres que escribieron desde y sobre esa época. Elegimos el campo de la creación literaria. En “La Casa del Lenguaje”, los textos elegidos por Hilda Rais, nos hablan del silencio, de la vida cotidiana, de la posibilidad de la vida ganada al horror, de un mueble que simboliza las pérdidas, la identidad y la memoria, de la racionalidad y el abuso del poder, del significado de “salvarse”, de la alegría y la decepción de estar viva, de “no haber muerto en el momento justo”, de las laceraciones que nos dejó el terror. Duele y conmueve leerlas y demuestran que, como dice Hilda: “Hay una literatura que durante esos años, en nuestro país, daba cuenta de lo que nos sucedía, a veces llevando la desesperación a la construcción misma del poema; a veces nombrando de manera velada, oscura, pero circulaba, se compartían libros, en talleres literarios, en la resistencia de las reuniones de lecturas orales, y entendíamos”. Aquella dictadura tuvo un objetivo: acallar las voces y derrotar las luchas que resistían un proyecto de acumulación del capital y de sociedad y proponían otro, más justo y solidario: el socialismo, la liberación nacional. También el feminismo, nacido en el mismo periodo y parte del mismo contexto, sufrió la derrota. Amenazas primero, funcionamiento de catacumbas después. Ese feminismo representaba el resurgir de un movimiento que se había retraído casi 40 años atrás. En su seno circularon numerosas mujeres y diversas tendencias. A una de ellas, el feminismo socialista, nos referimos en este número, a través de artículos y reportajes. Nos encontrábamos con una ausencia en el discurso sobre el feminismo de los 70 y nos asombraba, porque sabíamos que mujeres de izquierda habían sido parte de esa historia. ¿Qué había pasado? ¿Llegaron a formar una corriente? ¿Desarrollaron ideas propias? ¿Todas pertenecían a partidos políticos?. Apenas hemos abierto una puerta, que esperamos sirva para que la indagación continúe y nos ayude a reflexionar sobre el presente. Muchas de nosotras, que fuimos militantes de izquierda en los 70 y que no formamos parte del feminismo de esa época, sentimos, sin embargo, que hay un nexo entre aquellas luchas y nuestra asunción posterior del feminismo. Leemos a Teresa Caferri, esa querida compañera que nos dejó el año pasado, y, en su texto breve y profundo, comprendemos el compromiso subjetivo que implicó la cárcel y la tortura y su posterior y lento revivir. Tere, que se hizo feminista en el exilio, que perteneció varios años a nuestro grupo, que nunca dejó la lucha por los derechos humanos, por los derechos de los/as trabajadores/as, encontró en el feminismo y en el arte lugares de síntesis de su experiencia y, entre mate y platos de pasta –como nos narra Verónica Diz- acercó a otras mujeres a esa experiencia fundamental que fue para ella la comprensión de la opresión de las mujeres y la lucha contra la sociedad patriarcal capitalista. Aquella dictadura no inventó nada. Las torturas, las desapariciones, las violaciones, los asesinatos, concentran, en un nivel extremo, las violaciones cotidianas que, en nuestra sociedad, se ensañan sobre todo con los cuerpos y vidas de mujeres y niñas/os. La prostitución y la trata de mujeres y niñas con ese fin, los secuestros, la tortura, afectan a millones de mujeres en el mundo, con la complicidad de los estados, de la ley y de las ideas. De ello da cuenta el artículo escrito por Marta Fontenla. Pero los hechos no están asilados del imaginario social que los trivializa y los justifica, culpabilizando a las mujeres y eximiendo a los prostituyentes: proxenetas y “clientes”. El texto de Magdalena González analiza este aspecto. En estas violencias cotidianas, muchas veces existe un particular enlace entre género y clase, como el que realiza Diana Staubli –esa entrañable amiga y compañera a la que también perdimos el año pasado- en “Mujeres: la ley del patrón”, al analizar el caso Hoyos, ese hombre que estaba siendo juzgado por la violación de una niña de 12 años, una de las tantas mujeres y niñas que había abusado. Existen otras violencias que podríamos considerar más sutiles, tanto que pasan desapercibidas como tales, pero que producen enfermedad psíquica y física y a veces la muerte. Nos referimos a las políticas de alineación de los cuerpos, a la imagen requerida hoy en nuestro país de cuerpos atléticos, fuertes y esbeltos y a sus consecuencias en angustias, adicciones, esquizofrenias, bulimia, anorexia., que afectan principalmente a las mujeres. Fernanda Gil Lozano hace un interesante análisis en “Nosotras que ya no nos queremos tanto”. Todo este contenido estaría incompleto si no incluyéramos la práctica actual del movimiento. En este sentido, publicamos un artículo escrito por Nélida (Chita) y Marcela D’Angelo sobre el último Encuentro Nacional de Mujeres, celebrado en Jujuy en octubre pasado, así como reproducimos, en la sección “Volanteando”, volantes que expresan algunas de las acciones realizadas en la lucha contra todas estas violencias.

martes, 28 de febrero de 2012

Diana. Charo Márquez Ramos

                                             DIANA
 
Diana, para mí era esa mujer que un ocho de marzo vi entrar con su metro ochenta, su pelo rubio platinado, su porte increíble, su cara de alemana y que me dejó pasmada a mis once años. La que me dió los mejores consejos de mi vida, la que me contó la vida más interesante, la que supo guardar muchos de mis secretos. Mi tía. La que el 23 de octubre del año pasado no se quiso ir porque quería ver quién ganaba las elecciones. La mujer que quiso una celebración en su despedida.

Diana era eso, todo eso junto.
 
Es la persona por la que brindo hoy, a un año de su muerte, como mi tía, como mujer, como lesbiana feminista, como radical (lo digo porque, si es que hay un más allá, le va a gustar que lo diga), como la persona que me decía bicho tan cariñosamente, como la que me marcó un rumbo político no muy inocentemente. Brindo por ella porque me es necesario celebrar su vida, como ella quería.
 
 
 
 
 
 
 
 
                                                                          Charo Márquez Ramos.

La esperanza de Diana. María Moreno

                          La esperanza de Diana 

(de despedidas y legados políticos, tras la muerte de Diana Staubli)
María Moreno
 
(Las/12|Viernes, 02 de Diciembre de 2005)

Medio siglo vivió la feminista Diana Staubli. Aunque el mito relate que murió el 25 de noviembre, Día de la no Violencia contra la Mujer, fue al día siguiente, el 26, rodeada por antiguas y nuevas amigas, algunas para quienes la militancia había armado un duradero hilo afectivo. Diana había sido una radical nacida en el período democrático que llegó a la secretaría general del partido en Vicente López pero siempre con un sesgo propio, no conjugable con la línea oficial y con un interés por la opresión de las mujeres que ella trató que nadie confundiera con un eco enemigo de "rama femenina", y donde la educación y el medio ambiente dejaban de ser temáticas de ministerio para volverse fundamentales. Ella insistía en que el Estado debía alentar políticas públicas con "perspectiva de género", aunque no ocultaba, bajo ningún pretexto estratégico, la palabra "feminismo". El Centro Municipal de la Mujer de Vicente López que Diana Staubli dirigiera desde 1993, junto a Marcela Rodríguez, fue la puesta en práctica de esa certeza.

"Esta forma de intervención estatal es la que permite la instrumentación de políticas públicas con perspectiva de género y no sólo políticas dirigidas a las mujeres. La diferencia entre ambas modalidades es la forma en que se concibe a los sujetos sociales destinatarios de las acciones: en las primeras se pretende promover el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres, sentando las bases a través de planes sociales que contengan mecanismos de ‘acciones positivas’ a fin de equiparar las desigualdades, pero apuntando siempre hacia la promoción de su autonomía y pleno ejercicio de su ciudadanía. Las segundas se circunscriben a formas asistencialistas de intervención estatal, que refuerzan los roles y los estereotipos tradicionales." En 1999, el Centro de la Mujer recibió el Primer Premio de Naciones Unidas para la mejor gestión municipal en Defensa de los Derechos Humanos de las mujeres de Latinoamérica y el Caribe.

Aun en medio del dolor más crudo, el que suele encabezar el duelo cuando aún la de las amigas siempre tienen matices graciosos: Diana baila desaforadamente con el cronista Cristian Alarcón durante una ceremonia oficial y es despedida desde lo alto de una mesa en una bufa evocación de Ginger Roger y Fred Astaire. Diana maneja a toda velocidad por las calles de San Isidro y, mientras comete infracciones y los bastiones viriles en cuatro ruedas protestan con diversas variaciones verbales machistas, ella contesta con los consabidos gestos mudos que tildan de impotente, invitan a la pasividad sexual o sugieren pequeñez de atributos, todo con un aire de Victoria Ocampo pero con gorra de jockey o de Isadora Duncan (sólo que ella jamás hubiera permitido que su chal la ahorcara). Diana colocando animales abandonados en e-mails donde mezclaba la arenga ecologista con la puteada a los desalmados, o chistes eróticos que tardaban en bajar por lo menos diez minutos para desesperación de la destinataria, como ése donde el orgasmo masculino era representado por débil parpadeo de la pantalla y el femenino como un sismo capaz de convencer de que había estallado el sistema. Diana secuestrada dentro de su auto estacionado frente a la casa de su vidente en Acassuso, gritando "¡tengo cáncer y me voy a morir, así que si me matan no me importa!" -se señalaba la cabeza pelada por la quimio, "me confundieron con un tipo", contaba-, antes de echar a los agresores en una curva, con una voz de mando, al parecer, espeluznante.
razón no puede con la desmentida del cuerpo, reducido ya a una vaga forma conocida, y se piensa que la voz añorada va a volver a sonar en el teléfono probando que su desaparición formó parte de una pesadilla, las instantáneas de Diana en la memoria

 

Mujeres: La ley del patrón. Diana Staubli

                             MUJERES: LA LEY DEL PATRÓN

                                                                             Diana Staubli
"Patrón, esa sombra que tirita en sus galpones, huella y harapos, comiendo a veces... Patrón, mujeres son..."
"¿Pero por qué hacen tanto escándalo por una chinita?", dicen que preguntó Simón Hoyos cuando lo trasladaban esposado a la comisaría. Y tenía razón.

¿Por qué? ¿Por qué creer que Hoyos es un monstruo solitario, ajeno al estilo local, en donde las violaciones son justificadas por muchos con variadas interpretaciones antropológicas sobre las supuestas costumbres de iniciación de niñas en los pueblos indígenas, que sin prejuicio alguno adoptan los amos blancos?

Si acá nomás, el poder de ciertos apellidos y adinerados bolsillos oculta un crimen feroz contra una mujer con la complicidad policial y de la Justicia, ¿cómo no creer en esos relatos de horror de niñas, mujeres jóvenes y ancianas, allá lejos, en medio del paisaje andino? .

El Patrón, el marido impuesto, el hermano, el primo, el padrastro... Todos tienen derecho a la violencia sexual, a poseerlas como se posee una vaca o una gallina. Y así, de generación en generación, testigos resignadas de la historia que se repite en sus hijas, a ninguna se le ocurre reclamar. Porque el juez, el marido, el capataz, cualquier hombre, es más poderoso que ellas. "Cualquiera es también Patrón."

¿Cuántos casos semejantes pero que no fueron atrapados en un hotel alojamiento conocen este y otro juez de las provincias norteñas? Sólo de oídas, porque la mayoría no llega a sus despachos, porque la Justicia no es parte de la educación y forma de vida de aquellos que son oprimidos tanto en el campo como en la cama.

La Justicia es del Patrón. Así como la casa en donde viven, la comida que comen, la ropa que visten. Y los golpes, y las violaciones.

En definitiva, la muerte cotidiana es parte de la rutina de estas mujeres, que tratadas
como mercadería sexual son abusadas no sólo en la penetración violenta por el sexo del varón sino en la imposición de la esclavitud de vientre, condenadas la mayoría de ellas a parir un hijo tras otro, arriesgando su vida, criando desnutridos y analfabetos, nuevos esclavos para el sistema.sometidas las niñas en una villa de emergencia, y los consecuentes embarazos. "Se hacen mujeres, son personas, se sienten reconocidas."

"La hice mujer", expresó nuestro héroe norteño después de desflorar salvajemente a una niña de doce años. Así, con una expresión parecida, un director de un centro de salud del conurbano bonaerense me justificó las violaciones a las que eran

Llama también la atención, cómo aquellas organizaciones poderosas que dicen representar a las mujeres y que claman por la "vida desde la concepción" guardan silencio. Es que son parte de lo mismo, y así lo demostraron en el último Encuentro Nacional de Mujeres, justamente en Salta, en donde las "patroncitas católicas arrearon a la peonada" y ante una señal determinada, mujeres de tez cobriza con la mirada ausente levantaron la mano en contra del DIU, las píldoras anticonceptivas y el aborto.

Como también guardan silencio aquellos diputados nacionales que durante el tratamiento de la Ley de Delitos contra la Integridad Sexual insistieron con la figura del "avenimiento", mediante la que el violador puede ser perdonado si se casa con su víctima. Y ni qué hablar del Consejo Nacional de la Mujer, ni del Consejo del Menor, o del Ministerio de Trabajo indiferente a la precariedad laboral de la madre de la víctima, seguramente trabajadora en negro durante todos estos años.
Silencio de los amigos. Silencio de la Iglesia. Silencio en la siesta salteña. Sólo la peonada habla a través de los medios, creída tal vez que al fin ha llegado la justicia porque el patrón está preso, sin caer en la cuenta de que no es el único de los alrededores...

Pero a pesar de todo esto, de los silencios y complicidades, del oscurantismo que el patriarcado nos impone aquí y allá, a pesar de todo, las voces de las mujeres se alzan cuando pierden el temor.
"Patrón, una sombra y otra sombra hacen tormentas, y el vendaval no tiene rienda. Patrón, no hay quién las detenga, Mujeres son..."
publicado en www.lafogata.org/mujer

Teresa . Magui Bellotti

                                 Teresa

                                                                                     Magui Bellotti

Antes de comenzar la actividad de esta mesa, queremos dedicarle esta Jornada a Teresa Caferri, la Tere, que nos dejó el 7 de este mes.Tenía 50 años.

Era una amiga, una compañera. Si bien hacía tiempo que no estaba en nuestro grupo, al que perteneció durante varios años, seguimos teniendo esa comunidad de ideas, solidaridades y afectos que sostenemos con nuestras compañeras de vida.

Fue militante de izquierda en los 70, desde los 16 años. Fue secuestrada en la dictadura, detenida desaparecida en el Club Atlético y luego presa política. Finalmente estuvo exiliada en Italia, donde trabajó en organizaciones de exiliados y descubrió el feminismo.

Desde que volvió al país, se mantuvo constante en las luchas que fueron parte inescindible de su vida.
Cuando envié un e-mail comunicando su muerte, recibí respuestas, de Abuelas de Plaza de Mayo, de AMMAR-Capital, de la Librería de Mujeres, de mujeres feministas y de derechos humanos, de Italia y de Argentina, y hasta de personas que no la conocieron.

Defensora de los DDHH de todas y de todos, feminista, socialista, artista, comprometida con cambios profundos y revolucionarios, hoy queremos celebrar su vida.

Laura Devetach nos escribió: "No conocí a Teresita, pero resuena en esa cuerda del alma donde resuenan las vidas nobles. Ustedes hacen un bello camino y todas las que se van, acompañan siempre"
Aquí están sus cuadros, aquí estamos sus compañeras, continuando la tarea.
 

Homenaje a Teresa Caferri en la 24va.Jornada (26-11-05) Tere, Veronica Diz

           Homenaje a Teresa Caferri en la 24va.Jornada (26-11-05)
                                    Tere
                                                                                             Verónica Diz

Tere tenia como 16 años cuando saliendo de su casa se encontró con el entierro de los y las compas asesinados/as en Trelew y eso la conmovió profundamente, fue su toma de conciencia. Empezó a militar en Juventud Guevarista, creo que para ese entonces ya estaba cursando bellas artes.
Secuestraron  y desaparecieron a su compañero "El Irlandés" (tendría que buscar su nombre porque no me acuerdo). Luego la secuestraron a ella, estuvo detenida desaparecida en el Club Atlético y luego la legalizaron y la pasaron a la cárcel de Devoto. Cuando le dieron la opción de salir del país se exilio en Italia. Se que fue allí donde conoció y se involucró para siempre con el feminismo. Pero de esa etapa de su vida no se más.

Yo la conocí en el 97 cuando todos los milicos estaban indultados y habíamos muchos/as que no nos resignábamos a la falta de justicia y empezamos a intentar recuperar la memoria denunciando públicamente a los genocidas (a ella le molestaba bastante que se hable de escrache porque invisilizaba que se trataba de algo mucho mas profundo)

Si tuviera que elegir una palabra para definir a Tere, diría que fue una maestra. No porque saliera a dar testimonio en grandes conferencias sino porque daba testimonio con su vida. Ella me inculcó (en el mejor sentido de la palabra) el feminismo, escuchando al principio todos mis prejuicios, mis idas y venidas, mis dudas con enorme paciencia y con litros de mate amargo y platos de pasta con pesto. El poema de Sepúlveda habla de las "mujeres de mi generación" y me hace pensar en lo importante que Tere fue para mujeres de otra generación (la mía) a la que transmitió sus saberes y su sensibilidad. Ella nos compartió también toda su experiencia de militante de izquierda y de detenida, con enorme prudencia y con la verdad. Decapitó muchos mitos y bajó muchas estatuas del pedestal. Siempre rebelde jamás aceptó en el ámbito militante hacer o decir cosas con las que no estaba de acuerdo, jamás le temió al desacuerdo, jamás obedeció.

Recordando a Tere Caferri y a Diana Staubli

                             RECORDANDO A TERE Y A DIANA
 
                                             Apertura
 
                                 Maria Teresa Caferri

Esta vez puedo hacerlo sin destrozarme...
Ya he caminado sobre mis propios pasos...
Ya he regresado a aquellos lugares donde habían quedado trozos de mi ser... como intentando verificar mi propia experiencia, ser testigo de mi existencia para contarme a mí misma que quien fui soy, que las mujeres podemos construirnos desde nuestros adentros y pese a todas las tormentas de la vida.

Pude comprender que aparte de mi riñón, era mi sonrisa la que había quedado afectada, casi mutilada y con ella mi capacidad de crear... y con ambas, mis deseos de pintar, dibujar, tallar sobre madera, modelar la arcilla... simplemente ser yo: la mujer que había sido antes, antes del terror, antes del terrible esfuerzo hecho para ocultar mi sonrisa ante las pequeñas victorias durante los interrogatorios: victorias construidas a partir de mis silencios.

En la Cárcel de Devoto estaba, por decreto de las Fuerzas Conjuntas, prohibido abrazarse.
Un abrazo a otra compañera nos podía costar largo tiempo de incomunicación en los calabozos de castigo. (¿Tan peligrosamente subversivo era - es? - un abrazo entre las Presas Políticas - entre mujeres - que merecía duros castigos?) El esfuerzo muchas veces hecho dentro de la cárcel, para reprimir a mi cuerpo de esta incomparable transmisión de amor y solidaridad, significó durante años, el entumecimiento de mis músculos frente a las emociones.Necesité de siglos de ternura para romper mis corazas y volver a abrazar "como antes".

lunes, 27 de febrero de 2012

Feminismo, Socialismo y Organización Autónoma de Mujeres. Atem "25 de Noviembre"

INTRODUCCIÓN
              Feminismo, socialismo y organización autónoma de mujeres
    
                                                                                ATEM "25 de Noviembre" (1)

1) Este artículo es una elaboración del grupo, cuya redacción final correspondió a Magui Bellotti.


Después de casi 40 años, el feminismo renace a partir de la segunda mitad de los 60, primero en EEUU y Europa y muy pronto en América Latina. En los primeros adquiere características de movimiento de masas desde comienzos de los 70; en nuestra región, en cambio, se trata siempre de grupos muy activos y que, a lo largo de los años, logran impactar fuertemente con sus ideas en la sociedad.


La acción revolucionaria del feminismo de aquellos años forma parte de un tiempo de grandes luchas obreras, estudiantiles y campesinas, revoluciones anticolonialistas y socialistas.

La Unión Feminista Argentina (UFA), que alojó tendencias diversas, nace en Buenos Aires en el mismo periodo en que la resistencia contra la dictadura de Onganía alumbra el Cordobazo, crece el sindicalismo antiburocrático y clasista, se expande  la rebelión estudiantil, se desarrollan los grupos armados y las organizaciones políticas de izquierda y peronistas.

Mujeres socialistas, particularmente de distintas líneas del trotskismo, se incorporaron a UFA, estableciéndose una particular relación entre mujeres de distintas clases sociales e ideas, que atravesó momentos de acciones comunes y fuertes tensiones. Las entrevistas a Ladis Alanis -militante trotskista que trabaja en UFA- y a Sara Torres, dan cuenta de ese proceso.

Ladis -cuya historia personal se engarza con su historia política- ingresó a UFA en el mismo año 70. Obrera socialista, se relacionó en ese espacio con mujeres de la alta burguesía como María Luisa Bemberg y Gabriela Christeller. Hay, en esos vínculos, anécdotas que hacen sonreír, pero que a la vez dan cuenta de las contradicciones que se vivían en esa particular relación entre género y clase. También existen momentos dramáticos en que las tensiones se transformaron en enfrentamientos y rupturas, como aquel plenario del 22 de agosto de 1972, día de la masacre de Trelew, que nos narran tanto Ladis como Sara Torres, o la dificultad para encontrarle la forma adecuada a un pronunciamiento feminista que condenara el golpe contra Allende, en Chile, que aparece en el reportaje a este última.

Ladis, trotskista desde los 19 años, integrante de UFA desde muy temprano, no se llega a designar a sí misma como feminista socialista en aquel momento. Más aún: señala que no tenían un grupo feminista de mujeres de izquierda, aunque se refiere a la Revista "Muchacha"-editada por mujeres del PRT La Verdad- a la que ella no pertenecía, y cuyas impulsoras también se incorporaron a UFA. Remarca la importancia de la lucha de clases y afirma que "en UFA, muchas compañeras no entendían que existía la lucha de clases", a lo que cree que debe atribuirse la ruptura de UFA.
Entre ella y Sara existen algunas diferencias en la reconstrucción de los recuerdos de esos años, pero coinciden en datos y discusiones fundamentales. Hay también entre ambas ciertas diferencias en el campo de la teoría acerca de las causas de la situación de las mujeres; mientras que para Ladis "la causa de la opresión de las mujeres es la sociedad dividida en clases", Sara consideraba en ese momento ( y aún lo sostiene) que la raíz de la opresión de las mujeres está  en la "sociedad patriarcal y capitalista" y que "tanto la explotación de clase como la de las mujeres eran dos partes de un mismo sistema, que se retroalimentaban mutuamente". Y enfatiza: "Sin el origen patriarcal de la opresión, no habría habido sociedad de clases; primero fue la opresión de las mujeres...".




Luego aclara que "otras compañeras de UFA definan esta raíz sólo como patriarcal".

Estas divergencias se hacen más claras en las posturas de un partido político de izquierda que, en ese momento, hacía también sus intervenciones en el feminismo: el PST (Partido Socialista de los Trabajadores). En su "Carta a las compañeras feministas", redactada en el año 1975 en el marco de la campaña financiera del partido, por la Comisión de Lucha de la Mujer del mismo, dicen:

"Sabemos que así como tenemos en común una base: el reconocimiento de la necesidad de participar de la lucha y organización de las mujeres por ser el sector oprimido más numeroso de la sociedad, por cumplir una función clara en el mantenimiento del sistema, compartimos la validez del feminismo, pero también tenemos cosas que nos separan.Nosotras opinamos que la opresión de las mujeres tiene sus raíces en la sociedad de clases y que, por lo tanto, es una condición necesaria para la liberación de todas las mujeres, la liberación de la sociedad toda por la única clase revolucionaria de nuestra historia: la clase obrera"
A partir de allí, se abren dos consecuencias: en primer lugar aclaran que por esa razón han "elegido el camino de la lucha política, porque somos feministas pero también socialistas"; en segundo lugar, enfatizan que "No hay otra herramienta para nosotras que la construcción de un partido político, revolucionario, que dé respuesta al conjunto de los sectores oprimidos"

Es decir: no se declaran "feministas socialistas", sino que hacen una distinción entre dos identidades políticas, una de las cuales (la socialista) prevalece sobre la otra (la feminista), a tenor de la afirmación que le sigue: el partido político revolucionario como UNICA herramienta capaz de dar respuesta al conjunto de los sectores oprimidos, por ende, también a las mujeres.

En su folleto dirigido a las mujeres, en relación a la misma campaña, titulado "A usted, mujer- Bono contribución a la campaña financiera del PST", el lenguaje cambia: se refiere a las "múltiples discriminaciones que sufren las mujeres" (ya no se habla de opresión) y a las "corrientes socialistas y femeninas" (ni una vez aparece la palabra feminismo). Las denuncias están centradas principalmente en el trabajo, los sindicatos y las situaciones que enfrentan las profesionales.

Resultan llamativas algunas diferencias entre estos planteos, particularmente los
que señalamos de la "Carta a las mujeres feministas", y los de dos militantes del partido hermano en Norteamérica, el Socialist Workers Party. Se trata de Evelyn Reed y Elizabeth Barnes.
 La primera, en su libro "Problemas de la liberación de la mujer"-cuya edicion en castellano data de 1974 o 1975 y fue realizada por ediciones Pluma (Buenos Aires), editorial del PST- publica un discurso pronunciado en 1969 en la Universidad de Emory (EEUU) y una conferencia dada en Mississipi (EEUU) en el mismo año. Sostiene que "...la opresión y degradación que sufren las mujeres es parte de la explotación de las masas trabajadoras por los capitalistas. Por tanto, las mujeres podrán acceder al control total de sus vidas y re-forjar sus destinos sólo como fuerza integrante de la revolución socialista mundial". Considera asimismo que "...la nueva etapa del movimiento de liberación tuvo desde sus comienzos características fuertemente anticapitalistas" y que "...casi todas las activistas del movimiento de liberación que reconocen que hay que reestructurar la familia saben también que esta tarea es parte integral de la reconstrucción de toda la sociedad. Al mismo tiempo, no esperan la revolución social que las liberará definitivamente; por el contrario, militan por ese objetivo, presionando a los poderes constituidos. Ya se han logrado algunos cambios en relación al sexo, al matrimonio y la familia.
Por su parte Elizabeth Barnes plantea "la necesidad de formar una organizaciónindependiente, exclusiva de mujeres..." y fundamenta: "...Desde que nuestra lucha es contra una forma de opresión que sólo la mujer experimenta, somos las mujeres quienes debemos determinar cómo ser  llevada adelante nuestra lucha..."
Mujeres pertenecientes al predecesor del PST (el Partido Revolucionario de los Trabajadores "La Verdad") (2), fueron las que editaron la revista "Muchacha", que se distribuía entre las universitarias, bancarias, maestras y algunas fábricas con personal femenino. Llegaron a publicar tres números. El segundo, el único al que pudimos acceder, data del año 1971 y su titulo de tapa es: "No más objetos en manos de los hombres o de la sociedad". Tiene un lenguaje accesible, se plantea
Existe una obvia distancia entre aquella afirmación del PST local acerca de que el partido es la única herramienta y el proletariado la única clase revolucionaria que puede llevar adelante la liberación de todos y todas los oprimidos y oprimidas, y estas posiciones de militantes del SWP que consideran a las mujeres como fuerza integrante de la revolución socialista mundial, así como apuntan al carácter anticapitalista del movimiento por su liberación y a la importancia de su organización independiente. Sin embargo, ésos eran los materiales que circulaban durante aquellos años, editados por el partido argentino.
como un órgano de "todas las jóvenes que tengan algo que decir sobre la liberación de la mujer, sea cual fuere su posición ideológica, política o religiosa", define aquello que las une como "el deseo de luchar contra la opresión de la mujer" y hablan de "construir el movimiento de nuestra liberación". Trata temas como las diferencias de posibilidades entre chicos y chicas, las amas de casa, un reportaje a una obrera, la mujer como objeto sexual y publica el Manifiesto de UFA. Su tono general es feminista y no se identifica públicamente como una expresión del partido.
Un grupo de esa época particularmente interesante para la cuestión que nos ocupa fue la editorial
"Nueva Mujer". Mirta Henault, en el artículo que lleva el nombre de este agrupamiento, nos habla del contexto y de las razones que dieron surgimiento al grupo. Nos cuenta de la primera reunión en la oficina de una de ellas "intentando saber y hacer saber que existía otra forma de modificar la existencia de oprimidas y oprimidos. Era la percepción de que la subjetividad femenina estaba cambiando" Nueva mujer luego se incorporó a UFA y en ese mismo año 1970 publicó el libro "Las Mujeres dicen basta", posiblemente el primer libro feminista editado en América Latina, con artículos de la misma Mirta Henault, de Peggy Morton y de Isabel Larguía. También un folleto: "Mitología de la Femineidad", del psicólogo social Jorge Gissi.
Nos interesa detenernos en el libro mencionado, ya que los tres textos se inscriben, por sus posiciones teóricas, en la línea del feminismo socialista. Las preocupaciones planteadas en el prólogo, reproducido en el artículo de Mirta Henault publicado en el presente número, enuncian ideas propias de esta corriente. Así, consideran que los temas que atañen a la problemática de la mujer en todas su estructuras son: 1) como ser biológico en la maternidad, 2) como reproductora de la fuerza de trabajo en sus tareas domésticas, 3) en la producción social, 4) en su sexualidad. De estos cuatro ítems los que se desarrollan con más profundidad en los tres artículos son los relacionados con los puntos 2 y 3. Así, la cuestión de la división sexual del trabajo, el papel del trabajo doméstico en la reproducción de la fuerza de trabajo, la relación entre éste y el trabajo de las mujeres en la esfera de la producción de mercancías, la vinculación entre la lucha de las mujeres y el socialismo, constituyen los puntos fuertes y los hilos conductores de los tres artículos.

Mirta Henoult habla  de un desarrollo desigual, de dos tipos de sociedades que coexisten: una basada en la elaboración de valores de uso destinados al consumo diario (la reproducción de la fuerza de trabajo) y otra destinado a la producción de mercancías, considerando a la primera como la sobrevivencia en el capitalismo deun proceso inmanente de las sociedades pre-capitalistas. Sostiene que el necesario desarrollo de las fuerzas productivas para lograr la colectivización de la esfera privada, sólo será  posible con la liquidación del régimen de propiedad privada de los medios de producción, lo que -sin embargo- no producirá automáticamente el cambio en las condiciones de vida de las mujeres, sino que: "La liberación de las mujeres deber  ser encarada por ellas mismas..La acción revolucionaria de las mujeres, su ingreso a la historia, significará  la "humanización de la humanidad", por eso es la revolución más profunda, auténtica y necesaria para la realización de la especie humana".
Por su parte Peggy Morton, en "El trabajo de la mujer nunca se termina", desarrolla una perspectiva teórica que pretende ayude a proporcionar bases sobre las cuales apoyar una estrategia para un movimiento femenino. Define su posición en cinco puntos fundamentales: a) la base material primaria de la opresión de las mujeres descansa en el sistema familiar, b) están sucediendo cambios estructurales muy particulares en el capitalismo que afectan y cambian el papel de la familia, causando una crisis en el sistema familiar y acrecentando la conciencia de opresión de las mujeres, c) la familia es una unidad cuya función es el mantenimiento y reproducción de la fuerza de trabajo, d) esta concepción de la familia nos permitiría comprender el papel público de las mujeres (en la fuerza de trabajo) y el papel privado ( en la familia) en una forma integral, e) la estrategia se debe basar en la comprensión de las contradicciones dentro de la familia y dentro de la fuerza de trabajo, así como en las contradicciones creadas por los papeles duales del trabajo de las mujeres en la casa y su trabajo en la producción capitalista. Considera, en consecuencia, que "Nuestra potencialidad revolucionaria descansa en el hecho de que la mayor parte de las mujeres están oprimidas como mujeres y explotadas como trabajadoras...Las demandas de las mujeres sacuden tanto una institución que es fundamental en el sistema -la familia- como a sectores de la economía que no son capaces de satisfacer ni siquiera las demandas más tradicionales de las mujeres"
Isabel Larguía que residió durante largos años en Cuba, alcanza el momento de mayor potencialidad teórica en su análisis del "trabajo visible e invisible", insistiendo en la cuestión de la división sexual del trabajo. Los hombres se definen como productores de mercancías; su posición social y su pertenencia a una u otra clase se determinan según la situación que ocupen dentro del mundo creado por la producción de bienes para el intercambio. En cambio la división del trabajo aseguró a las mujeres las tareas de reponer la mayor parte de la fuerza de trabajo que mueve la economía. Afirma en consecuencia que "el trabajo femenino en el seno el hogar, se expresa transitivamente, en la creación de plusvalía, a través de la fuerza de trabajo asalariada"
. Analiza también la segunda jornada de trabajo. La profundidad y la fuerza de su análisis se debilitan cuando se refiere a la sexualidad, afirmando una concepción decididamente conservadora y cuando propone las vías para la liberación, basadas en la experiencia de la revolución cubana, con algunas críticas certeras a la consideración de las mujeres como objeto en las sociedades de consumo, pero acabando por reducir la liberación femenina a una valoración normativa en términos de ajuste a "sus calidades de obrera, dirigente política o combatiente". Concluye, en embargo, con una apuesta a la necesidad de una teoría científica de la liberación femenina considerándola de primordial importancia para la construcción de una sociedad sin clases.
A partir de 1974 se enrarece el clima político, con un aumento de la represión ya anunciado por la masacre de Ezeiza. Comienzan a actuar grupos paramilitares de extrema derecha (las tres AAA: Alianza Anticomunista Argentina o el Comando Libertadores de América), que asesinan y amenazan militantes políticos, activistas sindicales, periodistas, artistas. Las feministas no estuvieron excluídas de esta situación. Sara Torres cuenta cómo la revista nacionalista de derecha
"Restauración" lanzó, hacia fines del año 1975, una proclama contra las propuestas feministas declarándolas antinacionalistas, servidoras del imperialismo internacional y agentes de la destrucción de la familia. Mirta Henault da cuenta de haber recibido un aviso de las tres A amenazándola de muerte. Otras feministas recibieron amenazas. En 1976, el golpe de Estado produce la disolución de las agrupaciones, continuando pequeñas reuniones dedicadas al estudio y la concienciación, aunque se registran algunas actividades en esos años, de las que da cuenta el reportaje a Sara Torres.
Entre 1976 y 1979 sólo logra mantenerse el Centro de Estudios Sociales de la Mujer Argentina, ligado al FIP (Frente de Izquierda Popular) y se forman dos nuevas agrupaciones: AMA (Asociación de Mujeres Argentinas) en 1977, constituída por mujeres del FIP-Corriente nacional y otras sin militancia partidaria que, en 1978, se transforma en AMAS (Asociación de Mujeres Alfonsina Storni), y, en Córdoba, en este último año, la Asociación Juana Manso. Pero es recién a partir de mediados de 1979 en que comienza, lentamente, una reactivación de las actividades, con la conformación del CEM (Centro de Estudios de la Mujer) y la publicación de las revistas "Persona" y
"Todas".
Es de esta última que nos interesa hablar, ya que expresa una nueva aparición de las mujeres del Partido Socialista de los Trabajadores en la arena feminista. Como la anterior revista "Muchacha", su contenido es feminista y no existe una identificación
pública con el partido. Si bien, como dice Marta Ferro en el reportaje realizado por Brujas, "la revista fue una táctica para salir de la clandestinidad y ganar compañeras para el partido, para la revolución", realizaron
reuniones numerosas con mujeres atraídas por las ideas feministas. Algunas, como
Elsa Campos, entraron a militar al partido a partir de Todas. No faltó resistencia al interior del mismo: recién al tercer (y último) número le dieron una diagramadora y finalmente fue el mismo partido el que decidió cerrarla y dar lugar a una revista socialista, en la que las mujeres tuvieron un espacio.
A pesar de que la intención de quienes editaron la revista era poder salir de la clandestinidad y hacer un trabajo que les permitiera captar militantes, generaron una lucha feminista y tuvieron, en su momento, una importante repercusión. El terror y el mensaje de la dictadura que indicaba para las mujeres la vuelta al hogar, fue generando malestar y rebelión en muchas mujeres, que encontraron en las ideas feministas que expresaba Todas, un cauce para manifestarse. Sin embargo, llama la atención que el trabajo con relación a la revista fuera clandestino aún dentro del partido, como señala Marta Ferro, y que mujeres del mismo desconocieran esta tarea feminista.
Como en los comienzos de los 70, se manifiestan expresamente en contra de la organización autónoma de las mujeres, ya que, sostienen, "el feminismo es una tarea del partido, una tarea fundamental..." (Elsa Campos) y -enfatizan- "...para ser feminista hay que ser consecuentemente socialista. Los demás es literatura de bajo rango". No deja posibilidad a la idea de diferentes corrientes dentro del feminismo.
Además, este tipo de consideraciones sugieren que, como sostiene Mary Ann Murphy (3), tienden a ver un movimiento feminista separado como carente de importancia y probablemente "contrarrevolucionario".
¿Existieron en los años 70, en los partidos políticos de izquierda socialista en Argentina, espacios físicos y simbólicos para desarrollar las ideas y prácticas feministas y colectivizarlas con las demás militantes?. Evidentemente, si los hubo, fueron escasos y teñidos por la necesidad de captar militantes, ya que la posibilidad de un movimiento autónomo era desechada. Por otra parte, la única experiencia que conocemos es la del PST, ya que el FIP y sus desprendimientos (que también tuvieron sus grupos feministas) forma parte, más  bien, de una izquierda nacionalista. Se trata de una experiencia que valdrá  la pena recoger en otro momento.
Un factor importante en la falta de construcción de estos espacios es que, para esta izquierda,
la contradicción entre los géneros no es fundamental, sino que se encuentra siempre subordinada a la lucha de clases. Esta concepción, unida a la ausencia de autonomía teórica, política y organizativa, conspira contra la posibilidad de construir una corriente feminista socialista capaz de realizar un aporte significativo en los campos de la teoría y de la práctica política específicamente feminista. No resulta casual -a nuestro juicio- que el único libro editado originalmente en Argentina que aporta en el sentido de esta corriente, provenga de un grupo editorial independiente: Nueva Mujer.
Asimismo, estas características de ese feminismo de mujeres socialistas, subordinado a la única herramienta considerada posible: el partido político, generó tensiones con el feminismo que intentaba construir un movimiento independiente partiendo de la experiencia de opresión de las mujeres. Por su parte, estas tensiones se vieron también alimentadas por la dificultad de este último para articular género y clase en un nivel que considerara a ambos igualmente fundamentales en la caracterización de la sociedad patriarcal capitalista y en la lucha contra ella.
Ninguna de estas reflexiones críticas puede, sin embargo, quitarle importancia a la presencia, en aquellos años iniciales de la segunda ola del feminismo, de las inquietudes y la presencia de mujeres socialistas que pretendían aportar su mirada y su experiencia a la lucha de las mujeres, aun cuando en algunas ocasiones pueda registrarse una actitud oportunista de sumarse a un movimiento con el único objetivo de acercar militantes a su organización política. Por el contrario, estas experiencias debieran inspirar en las nuevas camadas de mujeres socialistas que se acercan al feminismo, una necesidad de repensar la construcción de una corriente capaz de integrar feminismo y socialismo en una nueva síntesis sin subordinaciones ni dogmatismos y con una comprensión de la importancia de la organización autónoma de las mujeres.
NOTAS:.
2) En 1972, al fusionarse con el Partido Socialista Argentino, el Partido Revolucionario de los Trabajadores "la Verdad" se transformó en PST.
3) Mary Ann Murphy: "El MLM y la izquierda: Un análisis desde el interior", publicado con el título "Analysis from the inside" en Notes on Women’s Liberation, News & Letter, Detroit, octubre de 1970, y traducido por U.F.A.

sábado, 25 de febrero de 2012

La Revista Todas. Reportaje a Marta Ferro y a Elsa campos




                       LA REVISTA "TODAS"


Reportajes a Marta Ferro (escritora, periodista y tiritera)

y a Elsa Campos (correctora, delegada de Crónica durante 17 años)
- ¿Cuándo salió la revista Todas?



Marta:
En l979, todavía la dictadura golpeaba con fuerza, pero teníamos que abandonar la clandestinidad. Por entonces un grupo de compañeras que habían leído un libro de Evelyn Reed, militante del Socialist Worker Party, de Estados Unidos se entusiasmaron con formar a otras compañeras para sacar una revista. Discutimos mucho. Nora Ciapponi, de la dirección nacional estaba muy interesada, también Alba que era feminista desde que le pusieron moñitos rosas en la cabeza. El tema de la mujer no era nuevo para las socialistas. No hay que olvidar que Rosa Luxemburgo también estaba interesada en la problemática de la mujer trabajadora, pero cuando los socialdemócratas le piden que se haga cargo del trabajo de la mujer ella no acepta, porque no quiere quedarse con una sola tarea dentro del partido.
- ¿Por qué se llamo Todas?
Marta:
Fue azaroso el nombre. Ya teníamos todo el material, la tapa, pero no teníamos el nombre. Una adolescente dijo: Todas nos gustó y quedó. Pero tuvimos lío con el nombre. Porque parecía que entonces al grupo podían ingresar las burguesas, las intelectuales de derecha. Nosotras no queríamos que pareciera lo que nunca fue. ¿Se entiende?
Te aseguro, que cuando se acercaba alguien con tufillo a derecha u otros olores oportunistas salía espantada. Nosotras queríamos que el feminismo sacudiera a las compañeras del partido, porque éramos concientes que si ellas se tomaban el feminismo como una de las tareas fundamentales del socialismo todo iba a darnos buenos resultados. Hay que tenerlo claro que para ser feminista hay que ser consecuentemente socialista. Lo demás es literatura de bajo rango.
-¿Qué pasó en el PTS?

Marta:Tuvo gran repercusión. Tanto grande fue que muchas compañeras pidieron ir a la escuela de cuadros porque el Comite central aprobó el medio punto.

-   ¿Qué era eso?
Marta:
Las compañeras quedaban siempre atrás de los compañeros porque ellas cuidaban los pibes, cocinaban, etc. La doble tarea está en todas partes. Nora propone lo del medio punto y se aprueba. Es decir, en la evaluación de las tareas militantes, las de compañeras eran valoradas en más. Desde ese momento las compañeras empezaron a ir a la escuela de cuadros que se hacía en la clandestinidad. El partido en su conjunto entendió lo de la doble tarea, y la imposibilidad de las compañeras por cumplir con ciertas metas porque tenían que cuidar a los chicos, trabajar, limpiar, militar. Se formaron guarderías para que las compañeras que asistían a la escuela de cuadros una semana dejaran a los chicos al cuidado de compañeras y compañeros.

- ¿Había machismo dentro del partido?
Marta:
El partido no era una isla. Nunca lo fue. Pero creo que desde que apareció Todas (el trabajo político sobre la mujer) el machismo diminuyó un poco. Dió vergüenza ajena ser considerado machista. Junto con la revista aparecen películas como Norma Rae. El PST era un partido con el 60 % de mujeres. Con las revistas fuimos a las fábricas. Como era un trabajo clandestino (incluso dentro del partido) muchas compañeras decían: "vieron estas tipas qué revista sacaron y nosotras todavía no sacamos nada. ¿Qué mierda hace la dirección del partido que no nos da una herramienta como ésta?"
-
   ¿Cuándo entraste al partido?
Elsa: Yo entre en 1979. Yo entré por Todas.

- ¿Qué te gustó?

 
Elsa: Fue una felicidad. Era una publicación feminista, del movimiento feminista, con mujeres reales, que decían cosas importantes. La forma en que las compañeras te la traían y hablaban del trabajo de las enfermeras, de los orgasmos, del aborto, de disponer del propio cuerpo como se les antojara.

Marta:
La revista fue una táctica para salir de la clandestinidad y ganar compañeras para el partido, para la revolución.
Elsa:
Yo entré al partido trabajando en CRÓNICA. Conocía al partido, pero con Todas me hice militante. Yo conocí al partido porque la Triple A había matado a un grupo de compañeros en Pacheco. Eso me impactó mucho, pero Todas me consolidó. El trabajo de la mujer estuvo dirigido por Alba que era feminista como dijo Martha y por Nora. Nora con el tiempo se fue haciendo feminista. Era extraordinario. Todas las que hicieron la revista aprendieron periodismo en un cuartucho de la avenida de Mayo al 1300. Las reuniones eran numerosas y muy ricas. Las que se nos acercaron encontraron su camino dentro y fuera del partido. La hicimos famosa a Celeste Carballo (no le faltaba talento). Le faltaba el empujón y se lo dimos. En 1979 trabajaba en Crónica y como correctora formaba parte de lo que la patronal denominaba "los rojos". Mi jefe quería que fuera encargada. Me negué. El tipo no entendía nada. En setiembre estalla un conflicto y ya había unas cuántas troskas feministas. No teníamos una organización gremial que nos respaldará. Me acuerdo que militábamos con los gráficos. Ellos siempre nos habían considerado como las "rojas" que se podían levantar con toda tranquilidad. En ese conflicto nos tuvieron un respeto impresionante porque luchábamos más que el mejor de ellos. Comenzamos a pasarle el periódico, después también les vendíamos la revista. Después del conflicto comenzaron a cotizar para el PST. Hasta el director del diario cotizaba, para que no lo persiguiéramos. Yo iba a la noche a vender periódicos. Era delegada. Mi jefe me decía: ¡Ándate!". Creo que el PST estaba compuesto mayoritariamente por mujeres.
- ¿Por qué pasó eso?
Elsa:
No sé. Muchas compañeras militaban en fábricas y en la universidad. Creo que línea política del partido las entusiasmó y por eso pasaron de ser contactos a convertirse en militantes Con nuestros contactos discutíamos política, hablábamos de todo Estudiábamos y militábamos mucho. Además discutíamos a qué laberinto nos habían llevado las posiciones de las direcciones guerrilleras.
Marta : Susana trabajaba en la Universidad de Belgrano y traducía muchos materiales feministas que eran discutidos en algunos sectores del partido. Nosotrasluchamos mucho dentro del partido para que todo el partido tomara el trabajo de la mujer. Queríamos que todas las compañeras lo tomaran. Algunas lo hicieron, otras no, pero fueron minoría.

- ¿No creían en una organización autónoma?
Elsa: No. El feminismo es una tarea del partido, una tarea fundamental. Nosotras 
éramos mujeres que militábamos para el partido, para la revolución, para los derechos humanos, para todo lo que demandaran lo momentos trágicos que nos toco vivir. El feminismo pegó en el partido. Aún hoy ( muchos recuerdan) aquel trabajo de las compañeras, incluso las de aquellas que lo hacían formalmente y luego entendieron la importancia política de la opresión y explotación de las mujeres en el capitalismo
Nada fue fácil. El partido recién nos dio una diagramadora en el tercer número. No quería darnos nada gratis. Si el trabajo valía teníamos que demostrarlo y conseguirnos todo. Esa revista de género la hicieron las socialistas revolucionarias. Con las feministas tuvimos reuniones, queríamos que comprendieran el socialismo revolucionario, que leyeran un poco a Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin, y tantas otras feministas revolucionarias.
Marta:
Sara Torres les dio clases de sexualidad a las compañeras del PST. Las compañeras estaban muy contentas y empezaron a exigir placer donde no lo tenían. Una de las compañeras que hizo sus primeras armas en la revista hoy dirige el noticiero de Televisa en México.
- ¿Qué actividades realizó el PST con las feministas?
Marta:
En 1975 se realiza en Buenos Aires el Congreso Internacional de la Mujer, en el Teatro General San Martín. Se les prohibe la entrada a las feministas. Nosotras ingresamos al Congreso y denunciamos la discriminación. Recuerdo que algunas feministas entraron encanutadas; se pusieron pelucas. Sara Torres, quien después nos enseñara mucho sobre el orgasmo, el orgasmo obligatorio y el famoso punto G, estaba entre las que entraron disfrazadas.Con el Frente de Liberación Homosexual y las feministas hicimos una campaña por la legalización del aborto y la distribución gratuita de anticonceptivos. En esa campaña cayeron presos una compañera del PST y un militante del FLH.
sobre la mujer. Lo escribía una compañera socialista y feminista que ganamos con TODAS.
"Los teóricos del socialismo: Marx, Engels y Bebel, prestaron atención repetidas veces a la situación de las mujeres en una época durante la cual la naciente burguesía industrial utilizaba su fuerza de trabajo hasta su aniquilamiento físico.
No obstante, al hacer un exhaustivo análisis de la sociedad capitalista …ignoraron a la mitad de la humanidad, las mujeres, pues ellas no producían para el cambio ni estaban en la vida pública, pero sin embargo desde sus hogares realizaban las tareas que hacían al sostén estructural de la sociedad: la reproducción de la fuerza de trabajo.
En su análisis del régimen de producción de mercancías, Marx escribía: "El intercambio de mercancías comienza allí donde termina la comunidad, allí donde ésta entra en contacto con otras comunidades. A partir de un determinado momento, se consolida la separación entre la utilidad de los objetos para las necesidades directas de quienes lo producen y su utilidad para ser cambiados por otros. Su valor de uso se divorcia de su valor de cambio".
Lo que Marx no dice –y sus continuadores tampoco- es que en ese momento histórico en el cual las comunidades comienzan a producir para el cambio se verifica, al mismo tiempo, la jerarquización del trabajo destinado a producir mercancías para el cambio. Mientras todo el trabajo rutinario destinado a la subsistencia (preparación de alimentos, cuidad y educación de los niños, etc.) fue relegado a un rol secundario…"
(Mirta Henault: " La mujer y los cambios sociales", en "Las Mujeres dicen basta", 1970)

"...La transformación de los costos de escolarización y entrenamiento de la nueva generación de trabajadores es fundamental para los cambios que han tenido y están teniendo lugar en la estructura familia. Una de las leyes fundamentales del capitalismo es la necesidad de expansión constante. La automatización es necesaria para la supervivencia del sistema. No sólo se requieren trabajadores que sean altamente calificados, sino que hayan sido entrenados para aprender nuevas destrezas. Las ganancias dependen, cada vez más, de la eficiente organización del trabajo y de la "autodisciplina" de los trabajadores, más que de simples incrementos de velocidad en el trabajo o de otras formas directas de aumento de la explotación de los trabajadores. Por lo tanto, la familia es importante tanto para que se sostenga la carga de los costos de la educación, como para llevar a cabo la socialización represiva de los niños. La familia debe educar niños que internalicen jerárquicamente las relaciones sociales, que sean capaces de disciplinarse ellos mismos y de trabajar eficientemente sin que sean supervisados constantemente.
La familia también sirve para reprimir la sexualidad natural de sus miembros, proceso esencial si la gente debe efectuar trabajos que los convierten en máquinas ocho o más horas al día. Las mujeres son las responsables de impartir la mayor parte de esta socialización"
(Peggy Morton: "El trabajo de la mujer nunca se termina", en "Las Mujeres dicen basta")
"La familia, en su forma conocida por nosotros, surge de la disolución de la comunidad primitiva. No es casual que la palabra "familia" se refiera originalmente al derecho de propiedad privada que tenía el pater-familias tanto sobre las personas como sobre los bienes que componían su casa. La "casa" surge como primera forma de empresa privada, propiedad del jefe de la familia, para la producción, el intercambio y la competencia con las demás casas, y para la acumulación del plus-producto-
El sentido original de la palabra "economía" es: "el arte de dirigir los asuntos de la casa", La propiedad que ejercía el jefe de la familia implicaba la herencia por línea paterna, la propiedad total de la mujer, así como el dominio y la confiscación de la fuerza de trabajo femenina ..."
(Isabel Larguía: "La mujer", en "las Mujeres dicen basta")                        
Muchacha es un órgano de todas las jóvenes que tengan algo que decir sobre la liberación de la mujer, sea cual fuere su posición ideológica, política o religiosa. Lo que nos une es el deseo de luchar contra la opresión de la mujer"
(Revista "Muchacha" Nº 2, contratapa)
"Si bien todas las mujeres que trabajan son doblemente explotadas, el caso de una mujer obrera es uno de los más dramáticos, pues es la que más sacrificios debe afrontar...
....transcribiremos una entrevista a una trabajadora del Frigorífico La Negra.
P: ¿La obrera está más oprimida que el obrero en el trabajo?
R: Sí, sin ninguna duda. El trabajo que hacemos es más esclavo, ganamos menos y estamos más controladas por los capataces. Por ejemplo, los obreros tienen más tiempo para conversar que nosotras. Los capataces prestan más atención a sus reclamos, porque les tiene más respeto o temor que a nosotras.
P: ¿La mujer tiene iguales posibilidades que el hombre para conseguir trabajo?
R: en general, tiene menos, yo antes de entrar en el frigorífico busqué en otros gremios y no me tomaban por ser casada y con hijos. La mayoría delas fábricas no quieren a las mujeres casadas y menos aún a las mayores de 25 años.
P: ¿Cuál crees que es la opresión más sentida por las mujeres obreras?
R: Son muchas. Las obreras con hijos nos hallamos acorraladas en cuanto a la crianza de nuestros hijos. Si bien hay una ley que establece que en las fábricas de más de 50 obreras debe haber una guardería, éstas brillan por su ausencia en un 75% de las fábricas. 
Entonces hay que levantarse a las 4 de la mañana, invierno o verano, llevar a la criatura a la casa de algún pariente, amigo o guardería paga, para después de 9 horas de agotadora jornada pasar a buscarlos.....

P: ¿Creés que tu hijo o los de tus amigas tienen dificultades al ser educados en guarderías?
R: No. Los chicos se encuentran bien. Se hacen independientes, aprenden a compartir todas las cosas con los demás chicos y la relación con los padres es mejor..
...............................................................................................................................
P: Ante el hecho de que ningún directivo sindical sea mujer y que gremios con mayoría abrumadora de mujeres, como el docente y textil también tengan en la dirección a hombres, se ha dicho que la mujer es inepta para la vida sindical y que no le interesan los problemas laborales. Sabemos además que toda la educación en esta sociedad está dirigida para condicionar a las mujeres a roles pasivos, a no meterse en política ni en tareas sindicales "por ser cosa de hombres". ¿Qué nos podés decir sobre esto?
R: El problema es bien concreto. ¿Qué mujer puede afrontar a fondo la responsabilidad de la actividad gremial, cuando además de trabajar debe limpiar la casa y criar a los hijos?. Yo conozco compañeras que han sido grandes activistas, pero se han visto obligadas a abandonar la lucha al casarse y tener hijos.P. ¿A la mujer se la trata como a un objeto sexual?

R: Sí, ninguna de nosotras puede salvarse de las miraditas y lances y favores especiales de jefes y capataces que prometen una cierta disminución en el ritmo agotador del trabajo a cambio de que la obrera le haga alguna "concesión" (tener relaciones sexuales con él).

P: ¿Creés que el aborto debiera ser legal y que pudiera hacerse gratuitamente en los hospitales?

R: La mayoría de las compañeras no tienen información sobre métodos anticonceptivos y deben recurrir a los abortos uno tras otros, muchas veces con peligro para su vida. Varias compañeras han muerto por los métodos brutales que usaron para abortar. Todas las mujeres debiéramos exigir que los abortos se puedan hacer en los hospitales. Hace rato que hubiera sido así si los que quedaran embarazados fueran los hombres.
P: Vos como mujer obrera, ¿opinás que es necesario un movimiento de liberación de la mujer en nuestro país?
R: Claro que sí. Mis compañeras y yo sentimos los problemas de la mujer, pero no veíamos salida. Me parece importante lo que ustedes hacen, yo lo comentaré con mis compañeras..."
(Fragmentos de "Diálogo con una obrera", Revista "Muchacha", Número 2, año 1)

Sin apagar los fuegos y con un firme deseo de vencer todas las montañas que se nos cruzan por el camino, llegamos al tercer número de Todas. Esta revista, sin distribuidora , repartida con nuestras manos por los kioscos de Buenos Aires, ha realizado el milagro de sobrevivir y continuar su marcha hacia delante. Y decimos milagro porque es casi imposible para la mayoría de las publicaciones culturales independientes en la Argentina luchar en contra de la inflación del papel, la inflación del aire y la recesión de la creación.
Nuestras vidas están en estas páginas y a cada renglón vamos mostrando qué pasa con nosotras desde el primer timbrazo del reloj hasta el último plato lavado en la cocina.
Estamos alegres, porque el llamado de nuestro concurso tuvo una acogida inesperada. Los trabajos recibidos están mostrando un fenómeno inédito en nuestro país.
Las mujeres con nuestra creación estamos demostrando que las verdades milenarias que nos ataban al fogón y nos colocaban en las sombras del anonimato, son verdades de humo. Publicaciones hermanas de México, España, Francia, Estados Unidos, nos han hecho llegar su apoyo y sus colaboraciones.
En nuestro país la revista está siendo difundida por la prensa radial y escrita.Los
dos encuentros artísticos estimulados y promovidos por la revista, encontraron a cientos de mujeres festejando la apertura de un territorio sin máscaras y lleno de vitalidad.
Leda Valladares donó su talento para el primer encuentro. Inda Ledesma, Cipe Lincovsky, Rubí Monserrat y las canciones de Rita Alian y Ana D’Anna abrieron la posibilidad de seguir celebrando esta visión de nuestras vidas.
Todas ha cumplido un año. Y ese inmenso trabajo de tenerla en la calle ha sido el producto de una tozudez vital, por seguir demostrando que las mujeres juntas y solidarias somos capaces de producir hechos de importancia en la cultura del país"
( Editorial de la Revista Todas Nº 3, Año 2, 1980)
"La violencia cotidiana a que estamos sometidas, la violencia de todos los días, la doméstica, la que soportamos ya casi con resignación, tiene mil y una caras que van desde la grosería hasta la violación, pasando por el tipo que nos persigue a lo largo del pasillo del colectivo para apretarse contra nosotras, por el marido que deja en la cara amoratada de su mujer la marca de su "hombría" al más puro estilo "latin lover" o por el aburrido que se dedica a gritarnos obscenidades a través del teléfono....
..Si hoy nos detenemos en el problema de la mujer maltratada por su marido es porque toca a una gran cantidad de mujeres de todos los niveles sociales y porque creemos necesario correr el telón que confunde amor con dominación, compañerismo con brutalidad, comprensión con sometimiento...
..Anne Tristan, feminista francesa, nos relata en su libro: "Historia del Movimiento Liberación de la Mujer" la reacción de un hombre, marido de una mujer golpeada, ante su insistente pregunta de por qué lo hacía. Él responde textualmente: "Ella no sirve para nada. Yo trabajo en una fábrica. Usted no sabe lo que es eso. La frustración, el agotamiento".
Cabe preguntarse si a la larga lista de tareas no reconocidas ni remuneradas, debemos agregar la de ser colchón o amortiguador entre el varón y sus problemas o putchinball para descargar la angustia que provoca la necesidad de "progresar" y la imposibilidad objetiva de lograrlo.

Por un lado podemos decir que esta situación no es responsabilidad de un hombre, de la "locura" más o menos controlada del marido de la verdulera o de la "borrachera" permanente de nuestro primo segundo. Se trata de la imitación, o mejor dicho de la reproducción de esquemas y patrones aprendidos desde al infancia..."
(Sarah Karmel, "Violencia doméstica", Revista Todas Nº 3, Año 2, 1980)


 
 
 
 
 
 

 









MUJERES SOCIALISTAS EN UFA: Otra mirada Entrevista a Sara Torres

MUJERES SOCIALISTAS EN UFA: Otra mirada                                                                                              Entrevista a Sara Torres
PRESENTACION
Soy feminista. Trabajo diversos temas dentro del feminismo en los últimos 36 años. Comencé en el año 70. Antes de ello había leído todo lo que escribió Simone de Beauvoir y otro tipo de materiales. En los años 60 estudie sexología. Discutía con todos los profesores por el enfoque sobre la sexualidad, ligada a la maternidad y con las ideas freudianas. Estudie las investigaciones de Kinsey, de Master y Johnson sobre Respuesta Sexual, Homosexualidad e Incompatibilidad Humana, también los informes Hite, sobre sexualidad.

- ¿Cómo fue tu acercamiento al feminismo?
Entre en UFA en 1970, a partir de leer en el diario La Opinión una noticia con el titulo "Primer signo del feminismo local", que comentaba una volanteada. Escribí a la casilla de correo que aparecía en esa nota y me contestaron invitándome a una reunión en la calle Olleros, donde estaba el local de UFA. Pensaba que era un grupo muy grande y que yo no podría aportar nada. Entonces fui a ofrecer trabajo de oficina. Allí me entere que no había jerarquías, que todo era horizontal y pensé que ese era mi mundo, que había encontrado mi lugar.

- ¿Cómo surgió UFA?
En los orígenes de UFA hubo primero un grupo formado por mujeres y varones, que se ocupaban de cuestiones ligadas al cambio social, a la ecología, a las mujeres, etc. Finalmente quedo solo el "tema mujer" y permanecieron en el grupo Maria Luisa Bemberg, Gabriela Christeller, Leonor Calvera, Nelly Bugallo. Primero se llamaron Movimiento de Liberación de la Mujer y luego, a propuesta de Maria Luisa, tomaron el nombre de Unión Feminista Argentina (UFA). Cuando yo entre ya se llamaba UFA.
¿Cuándo se incorporaron las mujeres socialista?
Alrededor de 1971 se incorporaron las mujeres de los socialismos: Mirta Henault, Susana Ferretti, Ladis Alanis, Juanita Pereyra, Regina Peña. Luego compañeras del PST. Eran de distintas líneas del trotskismo. En ese momento me pareció MUY importante que se integraran, incluso daban la discusión dentro de sus partidos. Eran mujeres que sentían que era importante trabajar en el feminismo, pero se planteaban la posibilidad de acercar militantes para sus partidos. Recuerdo a una de ellas que decía que se sentía muy bien en UFA porque se había cansado de darle vuelta a la manija del mimeógrafo, estar en las luchas pero nunca en la conducción. y de no decidir nunca nada. Creo que expresaba a algunas de ellas. También se acercaron mujeres del partido comunista, de la UMA, del FIP y de otros movimientos y partidos políticos.
- En UFA, ¿había idea de autonomía, del feminismo como movimiento autónomo?
Sí. Era un punto fundamental.
- ¿Qué discutían con las socialistas alrededor de la cuestión de la autonomía?
Les señalábamos que respetábamos que ellas tuvieran sus partidos, pero que en UFA eran UFA y que se debían dar la discusión sobre feminismo dentro de los partido
- ¿Que otras cosas se discutían?

La discusión se daba cuando hablábamos de cambio social, si este era producido por la lucha de clases o por la lucha de las mujeres, dicho muy esquemáticamente. Algunas tratábamos de articular ambas cosas, otras no.
Se discutía el tema de clase, pero denunciando que en todas las clases la situación de las mujeres es inferior a la de los hombres, y teníamos muchos ejemplos en lo vivencial de nosotras, ya que pertenecíamos a muy diversas clases sociales y culturas.

Lo mas claro era la idea de "lo personal es político" y que era la concienciación lo que nos iba a permitir comprender desde el "yo" de cada una lo que le pasaba a las otras. Hubo varios grupos de concienciación. En ellos se contaban experiencias
personales, con una coordinación rotativa y con el objetivo de extraer conclusiones, conceptualizando las experiencias individuales para poder saber el por qué de las mismas. Las mujeres políticas también participaron de ellos. En las reuniones sacábamos las raíces comunes de lo que nos sucedía a todas. Por supuesto hubo antagonismos, como siempre que se trabaja con la subjetividad. Fueron muy impactantes las consecuencias de estos grupos en nuestras vidas, nos cambió definitivamente.

Era muy claro que a UFA íbamos a trabajar nuestra situación como mujeres. La posición mayoritaria era trabajar los temas de mujeres y ocupar todos los lugares que nos corresponden como personas.

Varias socialistas se fueron de sus partidos y se abocaron a las actividades feministas.

- En esa época: ¿cómo definías la raíz de la opresión de las mujeres?
Consideraba que esa raíz estaba en la sociedad patriarcal y capitalista. Que tanto la explotación de clase como la de las mujeres eran dos partes de un mismo sistema, que se retroalimentaban mutuamente. Sin el origen patriarcal de la opresión, no habría habido sociedad de clases: primero fue la opresión de las mujeres. Hoy pienso lo mismo. Otras compañeras de UFA definían esta raíz sólo como patriarcal.

- ¿Hubo alguna actividad feminista identificada con las socialistas dentro de UFA, o fuera de ella?
Estaba el grupo editorial Nueva Mujer, que publico un libro titulado "Las Mujeres dicen basta" y un folleto "Mitología de la Femineidad", de Jorge Gissi.

También se incorporo a UFA otro grupo, que editaba la revista "Muchacha", de la que salieron tres números. Eran mujeres del PRT La Verdad (luego PST, cuando se fusiono con el Partido Socialista Argentino de Juan Carlos Coral.

Antes de la revista Muchacha, en el año 70 se publico el folleto sobre Liberación de la Mujer, con la idea de incorporar artículos de Trotsky y otros marxistas para trabajar al interior del PRT La Verdad. Fue financiado por ese partido.

En 1972 se realizo un evento en un Teatro de la calle Corrientes con la presentación de la feminista socialista Linda Jeness candidata a presidenta de SWP (Socialista
personales, con una coordinación rotativa y con el objetivo de extraer conclusiones, conceptualizando las experiencias individuales para poder saber el por qué de las mismas. Las mujeres políticas también participaron de ellos. En las reuniones sacábamos las raíces comunes de lo que nos sucedía a todas. Por supuesto hubo antagonismos, como siempre que se trabaja con la subjetividad. Fueron muy impactantes las consecuencias de estos grupos en nuestras vidas, nos cambió definitivamente.
Era muy claro que a UFA íbamos a trabajar nuestra situación como mujeres. La posición mayoritaria era trabajar los temas de mujeres y ocupar todos los lugares que nos corresponden como personas.
Varias socialistas se fueron de sus partidos y se abocaron a las actividades feministas.
- En esa época: ¿como definías la raíz de la opresión de las mujeres?
Consideraba que esa raíz estaba en la sociedad patriarcal y capitalista. Que tanto la explotación de clase como la de las mujeres eran dos partes de un mismo sistema, que se retroalimentaban mutuamente. Sin el origen patriarcal de la opresión, no habría habido sociedad de clases: primero fue la opresión de las mujeres. Hoy pienso lo mismo. Otras compañeras de UFA definían esta raíz sólo como patriarcal.
- ¿Hubo alguna actividad feminista identificada con las socialistas dentro de UFA, o fuera de ella?
Estaba el grupo editorial Nueva Mujer, que publico un libro titulado "Las Mujeres dicen basta" y un folleto "Mitología de la Femineidad", de Jorge Gissi.
También se incorporo a UFA otro grupo, que editaba la revista "Muchacha", de la que salieron tres números. Eran mujeres del PRT La Verdad (luego PST, cuando se fusiono con el Partido Socialista Argentino de Juan Carlos Coral.
Antes de la revista Muchacha, en el año 70 se publico el folleto sobre Liberación de la Mujer, con la idea de incorporar artículos de Trotsky y otros marxistas para trabajar al interior del PRT La Verdad. Fue financiado por ese partido.
En 1972 se realizo un evento en un Teatro de la calle Corrientes con la presentación de la feminista socialista Linda Jeness candidata a presidenta de SWP (Socialista
en una nota de Osvaldo Baigorria, yo elegí participar y eso fue un punto muy importante en mi interés por articular frentes, fue toda una historia en sí misma. De ese encuentro surgió el Grupo Política Sexual en el cual participábamos varias compañeras de UFA, del Movimiento de Liberación Feminista de Maria Elena Oddone, del FLH y distintos grupos de mujeres y varones en un intento de cambio social desde lo personal, lo grupal y desde el cambio personal y social.

- ¿Que paso después?
Seguimos trabajando juntas. En Noviembre de 1972 María Luisa Bemberg filmó FEMIMUNDO (ese era el nombre de una exposición en la Rural sobre "El mundo de la Mujer"), que era una denuncia de la utilización de la mujer como sujeta de consumo y objeto de consumo, participamos en los stands diciendo la otra voz de lo que los expositores querían vender a la sociedad a través de los "intereses" de las mujeres, fue muy importante para nosotras esa experiencia (en el intento hasta destruimos algunos afiches ofensivos) Ahora tuve la oportunidad de ver nuevamente el corto y con gran sorpresa descubro que desapareció la parte en que María Luisa nos había filmado a nosotras volanteando en contra de la exposición en la puerta y las reacciones de la gente al leerlos.

Las compañeras de UFA fuimos invitadas a opinar y participar de todas las creaciones de Maria Luisa Bemberg siempre hacia una proyección privada, para saber nuestras opiniones, aportes, criticas, etc.

Hubo otra crisis importante con el derrocamiento de Allende. No podíamos quedar ajenas pero no encontrábamos como poner lo especifico. No sabíamos como articular las cuestiones de género con las de clase. El comunicado de la comisión de prensa de UFA, realizado un día después del golpe en Chile, en el cual se denunciaba que la junta militar había cambiado el nombre del edificio "Gabriela Mistral" por "Diego Portales", puesto que consideraba impropio reunirse en un edificio con nombre de mujer, reanudo la polémica al interior de la agrupación, alejándose muchas compañeras.

1973 era en Argentina un año de contienda electoral; un grupo de feministas nos acercamos a los partidos políticos con el doble objetivo de conocer su postura sobre los problemas que atañen a las mujeres y exigirles un pronunciamiento claro sobre el lugar ocupado por las reivindicaciones femeninas en sus plataformas electorales. La mayoría de las respuestas se publicaron en la sección de la mujer del diario "La Opinión".

En 1974 hicimos un trabajo sobre anticonceptivos, contra el decreto 759 del 28 de Febrero de 1974 de López Rega. El volante que repartíamos lo firmábamos un montón de agrupaciones pertenecientes al Grupo Política Sexual. Hicimos volanteadas en las calles tuvimos una detención de un compañero del FLH que fue detenido por una mujer policía.

En ese mismo año formamos el Frente de Lucha de la Mujer, cuando rompimos con la Coordinadora para el Año Internacional de la Mujer en el cual estaba fuertemente el PC. En esa Coordinadora estaban todos los partidos y grupos, entre ellos los cuatro o cinco grupos feministas que preparábamos el Congreso Internacional de la Mujer, el cual se hizo en 1975 en el Teatro San Martín. Tenia una presencia muy fuerte el Partido Comunista. De la convocatoria también participaba el gobierno. La ruptura se produjo porque la consigna era "Igualdad, Desarrollo y Paz" y las feministas, incluidas las socialistas, queríamos incorporar "Familia" para, a partir de allí, hablar de aborto, sexualidad, anticoncepción. Se discutía mucho, hasta que el PC se fue de una reunión y Maria Elena Oddone les dijo: "Vayan a discutir con los machos y después vuelvan". Luego de eso no volvieron más, se reunieron en otro lado nos dejaron plantadas en una cita y continuaron con la organización

El Frente de Lucha de la Mujer estaba integrado por UFA, MLM (Movimiento de Liberación de la Mujer), MLF (Movimiento de Liberación Femenina), un grupo llamado Otras, ALMA, el PST (Partido Socialista de los Trabajadores), el FIP (Frente de Izquierda Popular). Como Frente volanteábamos en mercados, ferias, puertas de colegios. Participamos también en actos de apoyo a la campaña de los docentes para que incorporaran varones a la carrera docente porque solo se aceptaban maestras y no maestros, opinábamos que era discriminatorio y una manera de mantener a ese sector con sueldos más bajos ya que eran "solo mujeres".

Entre las actividades que hicimos para el 8 de marzo de 1975 (que fueron muchas), una era volantear y participar en los actos que se hacían. Hubo uno muy especial en el Cine Teatro Magestic de la calle Pueyrredón al 200. Era un acto masivo del PC; entre las oradoras estaba Alicia Moreau de Justo  y cuando nos acercamos a saludarla le pasamos nuestros puntos que incluían la legalización del aborto (el PC no acordaba con ese punto) y Alicia se lo paso a la locutora y se leyó y los asistententes aplaudían TODOS los puntos que nosotras proponíamos y aplaudían por la legalización del
aborto!!! Estábamos muy contentas, parecía que los cambios estaban a la vuelta de la esquina.
El Frente elaboró un folleto, ampliamente distribuido, en el que se convocaba a las mujeres a unirse en torno a un programa de diez puntos: 1) Reforma y cumplimiento de la ley de guarderías; 2) Igualdad de posibilidades en el acceso a la educación, capacitación técnica y trabajo; 3) Derogación del decreto que prohibe la difusión y uso de anticonceptivos, 4) Aborto legal y gratuito, 5) Remuneración para el trabajo hogareño, 6) Creación de un organismo gubernamental que vigile la aplicación real de la legislación que reprime la trata de blancas, 7) Inclusión de los articulas referidos a la protección de la maternidad dentro de los fondos compensadores de la seguridad social, 8) Patria potestad compartida, 9) No discriminación de la madre soltera y protección para sus hijos, 10) Derogación de la ley que obliga a la mujer a seguir al marido al domicilio fijado por este.
Cuando, finalmente, en el 25 de agosto 1975 se hizo el Congreso por el Año Internacional de la Mujer en el Centro Cultural General San Martín, pudieron entrar todos los grupos y partidos, menos las feministas. Yo entre disfrazada, con peluca y, anteojos, a repartir un volante donde denunciábamos la exclusión. Habíamos hecho también una conferencia de prensa. Los chicos de la FEDE me rompieron un dedo al tratar de arrancarme los volantes. Una compañera – Cristina Noble- que se acercó al micrófono, fue arrastrada y obligada a salir de la sala.
- ¿Que otras iniciativas feministas hubo relacionadas con los partidos de izquierda?
En ese mismo año 1974, Néstor Perlongher y yo fuimos a hablar con Nahuel Moreno (PST) y conseguimos espacios en el partido para las cuestiones feministas y homosexuales. Ya teníamos, con anterioridad, el grupo "Política Sexual", integrado por UFA, FLH (Frente de Liberación Homosexual) MLF y participantes independientes, constituido en 1972. En el PST se conformaron dos espacios: uno feminista y otro por los derechos de los homosexuales. Hacíamos volantes, discusiones sobre estos temas, charlas.
Hubo otra actividad importante: el 15 de marzo de 1975 algunas viajamos a la localidad de Villa Constitución, en Santa Fe, que se hallaba agitada por un conflicto sindical, originado en el despido de un grupo de trabajadores, quienes habían sido detenidos al protestar contra esa medida. Nuestra intención era acercar la adhesión a las mujeres que se habían movilizado en solidaridad con sus maridos, peticionando ante las autoridades locales y exigiendo la movilización del sindicato. Esta actividad generó muchas polémicas dentro del feminismo: se cuestionaba la legitimidad de nuestro apoyo, ya que esas mujeres no actuaban como eje del conflicto sino como familiares.

- ¿Cómo influyeron los acontecimientos políticos que desembocaron en el golpe de Estado de 1976
El funcionamiento se hizo cada vez más difícil. A mediados de 1975, las integrantes del Frente de Liberación de la Mujer, resolvimos que necesitábamos un local donde funcionar y solo logramos alquilar una sala dentro de un convento. A fines de ese año la revista nacionalista de derecha "Restauración" lanzó una proclama contra las propuestas feministas declarándolas antinacionalistas, servidoras del imperialismo internacional y agentes de la destrucción de la familia. Esta declaración, en el contexto político de ese momento, equivalía a una amenaza. En noviembre el gobierno de Isabel Martínez de Perón decretó la "aniquilación de la subversión", con lo que se legalizó la acción represiva. El Frente fue reduciendo paulatinamente sus reuniones, hasta que, con el golpe militar del 24 de marzo de 1976 suspendimos las actividades y se disolvió la agrupación. A pesar de ello, continuamos reuniéndonos en pequeños grupos, dedicados al estudio y a la concienciación.

Durante los años siguientes la actividad feminista fue mínima. En 1977 algunas ex integrantes del FLM formamos una comisión de trabajo que activaba en barrios populares, organizando charlas sobre el conocimiento del cuerpo y fisiología sexual, con colaboración de profesionales de la zona. Durante 1978 realizamos algunas proyecciones de cortos feministas con debate y continuamos reuniéndonos, con muchas dificultades, en distintos templos cristianos.

Durante esos tiempos algunas compañeras nos dedicamos a trabajar con profesionales de la salud, psicólogas, sociólogas, asistentes sociales haciendo un aporte a la concientización de la situación de las mujeres y cómo articular y modificar las ciencias misóginas en sus orígenes.

La reactivación comenzó, lentamente, a partir de mediados de 1979, cuando se conformo el CEM (Centro de Estudios de la Mujer) y se editaron las revistas Persona y Todas.