martes, 28 de febrero de 2012

Diana. Charo Márquez Ramos

                                             DIANA
 
Diana, para mí era esa mujer que un ocho de marzo vi entrar con su metro ochenta, su pelo rubio platinado, su porte increíble, su cara de alemana y que me dejó pasmada a mis once años. La que me dió los mejores consejos de mi vida, la que me contó la vida más interesante, la que supo guardar muchos de mis secretos. Mi tía. La que el 23 de octubre del año pasado no se quiso ir porque quería ver quién ganaba las elecciones. La mujer que quiso una celebración en su despedida.

Diana era eso, todo eso junto.
 
Es la persona por la que brindo hoy, a un año de su muerte, como mi tía, como mujer, como lesbiana feminista, como radical (lo digo porque, si es que hay un más allá, le va a gustar que lo diga), como la persona que me decía bicho tan cariñosamente, como la que me marcó un rumbo político no muy inocentemente. Brindo por ella porque me es necesario celebrar su vida, como ella quería.
 
 
 
 
 
 
 
 
                                                                          Charo Márquez Ramos.

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