La prostitución en el imaginario social
Magdalena González
Estamos en una época de brutal incremento del tráfico de mujeres, y es común que el proxenetismo traspase el límite hasta llegar al secuestro. Están al alcance películas tanto documentales, como de ficción, que muestran la magnitud del tráfico de Europa del Este, de Marruecos y de América Latina hacia Europa.
En nuestro país, desde hace tiempo también, se está conociendo el mismo fenómeno. Y se está haciendo público el secuestro de niños, niñas y adolescentes. En este momento, se suele usar el conocido "modus operandi" de sujetar a la víctima y, entre dos o tres secuestradores introducirla en un auto. A partir de ahí ya no se la ve más.
Una mujer prostituida me contaba hace poco que un hombre argentino encontró a la hija de un amigo en un prostíbulo de América Latina. Desde que esta chica desapareció, fue buscada durante años por diversos organismos policiales nacionales e internacionales. Cuando este hombre le propone ayudarla a salir, la respuesta es: "Me entregó mi novio, me llevó a fiestas, me drogaron, me sacaron fotos, fui cayendo cada vez más y un día desaparecí (…) la forma en que me drogaron y me drogo… yo no quiero que mi madre vea esto. Yo acá la única forma de escape que tengo es la muerte; acá estoy de por vida. Las cosas que he tenido que hacer constantemente… porque aparte estoy amenazada, entonces es imposible sacarme. Te pido que mis padres me recuerden como me conocieron…"
Como en muchos otros casos está claro que esta joven fue victimizada. Además de los tremendos actos de violencia que realizaron contra ella y siguen realizando, continúan convenciéndola de que no puede aspirar de ninguna manera a recuperar su vida anterior y es este convencimiento el que le produce pérdida de esperanza y le quita el deseo de luchar.
Este caso muestra el extremo de la violencia ejercida contra una joven. Los secuestradores, cuya técnica de reclutamiento prostituidora ya era conocida en nuestra cultura, persiguen obviamente, el sojuzgamiento total de la mujer, para obtener el lamentable lucro que esta práctica les produce. Mientras tanto, el discurso proxeneta encubre tales fines con excusas ante la sociedad: "a ellas les gusta", "lo hacen conmigo o lo hacen igual", "en realidad las protegemos", "sin nosotros no sabrían que hacer", "tienen una buena vida", "es para lo único que sirven".
Este discurso cumple varias funciones: Tenerlas a ellas continuamente convencidas y al mismo tiempo justificarse socialmente. Es un discurso distorsionador que produce imaginario social. Desde hace unos años, esta falsa imagen del proxenetismo es mostrada a la sociedad a través de una campaña manipuladora de la opinión pública, con técnicas cada vez más especializadas.
LA FALSA IMAGEN DE LA PROSTITUCIÓN.
El producción de este imaginario social que muestra la prostitución como trabajo alternativo, tiene su epicentro en los medios de comunicación. Es muy frecuente ver en programas de T.V. y en películas, escenas que muestran maltrato, tortura contra la mujer y prostitución como si se tratara de material erótico. Estas imágenes producen en algunos hombres procesos de identificación o de "aprendizaje", con la consiguiente posibilidad de puesta en acto de representaciones , relaciones , acciones y sentimientos de sadismo y denigración de la mujer.
En un programa de T.V. emitido el año pasado se presentaba una figura argentina, una vedette, expresando que había tenido muchas veces relaciones sexuales por dinero y "lo pase ¡muy bien!".En éste, como en muchos otros casos, por un lado se realiza tal banalización de la prostitución, actividad que como hemos comprobado produce en quien
la ejerce un daño tan profundo , y por otro lado, opera como publicidad para el reclutamiento, o sea para producir la mayor caída de mujeres en la situación de prostitución.
Hace unos días en un programa de cable aparecía una "experta en sexualidad"- un personaje del proxenetismo en Londres- quien lamentaba la ley que prohíbe la prostitución en ese lugar, defendía su posición diciendo: "las personas deben poder expresarse corporalmente, y por supuesto la prostitución es necesaria para que se puedan expresar todos incluso los discapacitados, que tienen derecho a tener relaciones sexuales".Aquí la contradicción implícita es enorme, porque en nombre
del derecho a la expresión con el cuerpo por parte de los varones, se incluye sin explicitarlo, el sometimiento de las mujeres en situación de prostitución. Esta supuesta experta propone que los hombres se expresen contra los cuerpos de ellas, en los cuerpos de ellas y dentro de los cuerpos de ellas, a como dé lugar. Con una actitud alegre y liviana, en nombre del desprejuicio, ella reduce a la mujer a mera materia prima, para que el varón la someta, colocándolo a él como único sujeto en la relación.
Entonces, hay un sujeto que trata al otro como materia para obtener placer en esta particular forma de relación de poder. Por lo tanto, en este tipo de dupla, por estar ocupando el lugar de objeto, las mujeres no pueden de ninguna manera expresar lo que sienten, sino que justamente deben expresar todo lo contrario: Placer, agrado, picardía, y actitudes juguetonas. Pero es preciso que tengamos en cuenta que la citada propagandista de la prostitución sabe que, ante el impacto de su propuesta, alguna parte de la audiencia no se dará cuenta de la perversión que esto implica. Y también cabe que si se la cuestionara, sin duda respondería: "alguien lo tiene que hacer", "cumplen una función social", "es lo que ellas quieren", "tienen mejores ingresos", dando por supuesto el carácter de absoluto de la necesidad de la prostitución. Formulación que implica además, que cualquier otra posición distinta, queda en el lugar de las "opiniones reaccionarias". Pues una de las maniobras consiste en pretender que este sometimiento aparezca como una elección de ellas, cuando obviamente, en el caso en que hubiera una instancia de elección, ésta no es nunca una elección libre.
Este intento de producción de imaginario social que nos llega a través de los medios de comunicación, repercute en la sociedad que continuará castigando a la víctima, depositando en ella aspectos propios que no reconoce como tales. Algunos comentarios de un grupo de hombres
2 entre 26 y 36 años que cito a continuación, dan la pauta de este tipo de distorsión:
* U cliente se transforma en un cliente porque paga. Está haciendo una transacción comercial". En realidad no podemos hablar de transacción comercial ni de cliente cuando se está realizando una práctica abusadora en el cuerpo de otra persona. Es importante subrayar aquí que los mal llamados "clientes" son responsables como causantes de la prostitución, ya que sin su solicitud no existiría ni siquiera en las instancias tan graves como en el tráfico de niños, donde se hace más evidente aún que el consentimiento es una ficción.
* La mujer de uno no puede hacer cosas que la prostituta puede hacer". La mujer en situación de prostitución tampoco puede " hacer cosas" sin sufrir daño, agravado en el caso de ella por la frecuencia, por la diversidad de prácticas perniciosas, etc.
* "Hay cosas que moralmente no se hacen con una persona querida, pero que con una prostituta ni lo pensás porque está para eso, no lo vas a hacer con la madre de tus hijos". Aquí encontramos dos aspectos disociados en la cultura y en el individuo: La sexualidad y el amor; depositados el primero en la mujer prostituída y el segundo en la mujer- madre. Además, lo que para estos varones no es "moral" con la persona querida (su sexualidad de dominio) con la mujer a la que prostituyen, esa " inmoralidad" queda negada.
* "Hay cosas que moralmente no se hacen con una persona querida, pero que con una prostituta ni lo pensás porque está para eso, no lo vas a hacer con la madre de tus hijos". Aquí encontramos dos aspectos disociados en la cultura y en el individuo: La sexualidad y el amor; depositados el primero en la mujer prostituída y el segundo en la mujer- madre. Además, lo que para estos varones no es "moral" con la persona querida (su sexualidad de dominio) con la mujer a la que prostituyen, esa " inmoralidad" queda negada.
"…Yo no creo que sea un mal. Es un mal que se haga público, porque puede afectar a tu familia. Si vos tenés una hija y ve por la tele que se gana tanta plata haciéndolo! Y no se ve que se las atormenta todo el año!" En este caso aparece simultáneamente y disociada la contradicción del mensaje de los medios.. Este varón entiende que es un mal si alguna posible hija de él cayera en esto, pero no considera que es un mal para las que no son cercanas a él. Es necesario señalar este conocimiento que tiene de la realidad: sabe que ganan plata, pero separadamente también sabe que es "un tormento". Con esa disociación justifica la acción del prostituidor y el sistema proxeneta.
* "Para mí es una victimaria porque se aprovecha del tipo que está solo". Esto remite al mito de que "los hombres necesitan descargar", y también a la justificación del "hombre que necesita compañía y alguien tiene que estar". En todos estos casos, se ve la justificación de la prostitución por el pretendido desconocimiento del daño que produce, y el supuesto consentimiento de las mujeres. Estos son los pilares en los que se asienta la propuesta de reglamentar la prostitución.
CONSECUENCIAS DE LA REGLAMENTACIÓN
En las Jornadas de la Comisión para el Estudio de los Malos Tratos contra las Mujeres, en las que participé, en Madrid en septiembre de 2005, tuve la oportunidad de escuchar al cineasta Hubert Dubois relatar que mientras filmaba documentales sobre la trata de mujeres en Europa del Este, y más tarde en Holanda, durante meses de permanencia con las mujeres traficadas y los traficantes que las vendían y las compraban, no pudo obtener indicio alguno de que estas mujeres no lo hicieran
por completo de acuerdo. Fue más adelante, cuando habló con jóvenes que habían conseguido después de mucho tiempo quedar fuera del alcance de los proxenetas, que obtuvo la información de que habían sido engañadas y luego forzadas con amenazas de muerte hacia sus hijos o sus padres, si no se sometían a las condiciones aberrantes en las que vivían.
En las mismas Jornadas, la Directora de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres de Australia, Sheyla Jeffries, relató la experiencia en zonas donde se reglamentó la prostitución. Las consecuencias de esa reglamentación fueron opuestas a los argumentos que impulsaron esas leyes que habían sido:
Controlar la industria de los salones ilegales de masajes; prevenir la expansión de la prostitución; acabar con la prostitución de la calle suponiendo que las mujeres que realizan la práctica preferirían lugares legales; disminuir los asesinatos y violaciones, ubicando a las mujeres prostituídas en burdeles legales. Esta perspectiva fue aceptada por todas las organizaciones feministas de entonces, para la protección de las mujeres. Sin embargo las consecuencias fueron:
1. En Victoria (Australia) hoy hay 400 burdeles ilegales que van cambiando de lugar. Son el 80 % del total, pues las mismas mafias siguen a cargo de la administración, con la ventaja de tener un lugar legal como pantalla.
2. La legalización y despenalización de los proxenetas llevó al aumento de la prostitución, pues ahora, tanto ellos como los abusadores-"clientes", están amparados por la ley. Por ello se trafican más mujeres y las mujeres traficadas traídas desde otros lugares, son más vulnerables y por lo tanto más rentables.
3. El número de mujeres que ejercen la prostitución en la calle ha aumentado rápidamente ya que en los burdeles no pueden elegir con quién realizar la práctica.
Vistas las consecuencias de la reglamentación de la prostitución, no es de extrañar lo que comenta Sheyla Jeffries :
"Aquellas que aceptan la prostitución como ocupación legítima, están aceptando que ciertas mujeres puedan ser puestas aparte como objetos de acoso de lo que precisamente las otras no prostituidas buscan liberarse en sus trabajos y sus vidas. Con la prostitución legal, generaciones de hombres y jóvenes están formados en una conducta de prostitución. Esto afectará inevitablemente la forma de relacionarse con las mujeres en sus vidas, familia, pareja, compañeras, amigas, pues la prostitución legal crea la idea que los varones tienen sobre las mujeres, como que son objetos de uso sexual en vez de seres humanos. Las chicas aprenden que ellas son carne para que los hombres compren, intercambien y consuman. Chicos y chicas crecen en un entorno en el que la mitad de la raza humana es delegada al servicio sexual de la otra mitad".
LOS/LAS APOLOGISTAS
La diferencia de la postura de Jeffries, quien tiene conocimiento real de las consecuencias sociales de la legalización de la prostitución, otras investigadoras, profesionales y algunas incluso feministas, vienen realizando, intencionalmente o no, una apología de esa práctica devastadora En algunos casos estas personas se han convencido de que la falta de trabajo justifica sacar a las mujeres de la pobreza con la prostitución, en vez de acompañarlas en la lucha por un trabajo real y digno que provenga de una libre elección. Pero en realidad, en la mayoría de los casos estas apologistas tienen conocimiento de que están realizando una tarea de reclutamiento con las mujeres y de convencimiento hacia la sociedad, haciendo caso omiso de los peligros que esto entraña para ellas, y que no se trata nunca de una elección libre. En los diferentes ámbitos en los que se viene debatiendo el tema (congresos internacionales, publicaciones varias) estas profesionales muestran en su discurso enormes contradicciones en pos de la apología del tráfico. Muestran a la prostitución como relaciones sexuales "amorosas" , cuando en realidad sabemos que el amor está excluido de estas prácticas, y que el prostituyente las basa en el dominio y vejamen de la mujer prostituida ("Por más que te quieras cuidar en esto, enseguida aprendés que límites no hay" dice Rosa).
Otro argumento que se esgrime está relacionado con el tan conocido "turismo sexual", donde hombres provenientes de países desarrollados buscan en países carenciados la realización de prácticas prostituidoras.
artesanal, que las mujeres no son consideradas prostitutas por las personas del lugar, que ellas consiguen con esto tener ascenso social, que pueden acceder a emigrar desde sus países pobres, y que incluso algunas pueden llegar a casarse con los turistas que van en busca de sexo.
Sabemos sin embargo que esto ni es un servicio ni es artesanal. No es servicio porque el varón utiliza el cuerpo ajeno sin mediatización, no es tampoco una representación que ellas realizan, pues cuando comienza el contacto corporal ya no hay un como sí, es un sí.
Antes de ese contacto corporal se podría decir que realizan una doble representación: la joven necesita aparentar por un lado que el encuentro es casual, o sea que ella no está buscando "clientes" y por otro lado que se siente atraída por él. Esta modalidad les exige, por lo tanto, un doble esfuerzo, aparentar una situación ficcional y mantenerla sabiendo que de ello depende, posiblemente, el conseguir que el turista sexual se sienta atraído. El quiere verse a sí mismo como atractivo para una mujer que supuestamente no esta prostituída. Aún sabiendo de antemano que se trata de una joven a quien está prostituyendo. Como dice Mary, expresando el colmo de la exigencia, "Y además pretenden que una los quiera".
Respecto a la emigración, se sabe que la mayoría de los casos de extranjeros que llevan a estas mujeres a otros países, son proxenetas encubiertos que las trafican en el extranjero, donde ellas carecen de documentos, a veces no conocen el idioma, están lejos de su familia, y los proxenetas saben que esta indefensión les facilita la manipulación y la rentabilidad.
También algunas de estas investigadoras hablan de la actitud de "las chicas" que lo hacen como si fueran experiencias auténticas, "como si hubiera romance", para convencer a los clientes de que ellas sólo están "haciendo una experiencia". Esto es extremadamente peligroso, porque la comunidad toma esta postura como alternativa válida ante el temor de ser considerada represora contra las mujeres en situación de prostitución. Este intento de manipulación en la sociedad es una réplica de la manipulación que el proxenetismo viene realizando en las mujeres prostituidas por ellos. De esta manera se trata de formar una opinión pública que abona la construcción de un imaginario social que resulta enormemente propicio. Pero en todo esto, hay una exigencia paradojal. Las consideraciones de las investigadoras ponen a las mujeres en situación de prostitución en una vuelta de tuerca más, que les exige más esfuerzo en la simulación, y por otro lado, en este turismo sexual el prostituidor visita estos países con total conocimiento de la situación real y busca en países carenciados la oportunidad de tener prácticas extremas de maltrato y denigración.
CUERPOS EXPROPIADOS
Como se ve, lo más importante a tener en cuenta es que el criterio de que hay consentimiento en la práctica de la prostitución es una ficción. Como lo muestra el testimonio de Dubois, él no conoció casos de mujeres que no hubieran sido traficadas.
Jeffries, por su parte, nos mostró las consecuencias nefastas que, para las mujeres prostituídas, produjeron la reglamentación y la legalización de esa práctica en Australia. Además del daño a la sociedad en general y a la sexualidad de hombres y mujeres que imita el modelo prostibulario, incluso mostrado públicamente en la cotidianeidad (carteles, anuncios, etc.)
Por todo esto es preciso que como sociedad podamos poner en tela de juicio nuestro propio imaginario, reflexionando acerca de las escenas que los medios nos presentan como "el glamour de la Vida Alegre". De esta forma es posible que vayamos desarrollando una perspectiva más cercana a la realidad de la problemática que nos incluye a todos y todas y generemos los cambios necesarios, que son posibles.
Las mujeres en situación de prostitución de AMMAR Capital (Asociación de Mujeres Argentinas por loes Derechos Humanos) nos lo dicen así: "Las personas que promueven la prostitución como trabajo sexual son parte de la trata", "Situación de prostitución es explotación. No conocés tu cuerpo. Lo conoce el proxeneta, el cliente. No sabés disfrutar ".
NOTAS
2 Investigación de Imaginario Social realizada con técnica de Grupos Motivacionales.
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